miércoles, 5 de septiembre de 2012

CON FEDERICO EN LA COCINA

Federico a la edad de 21 años.
Fotografía de Rogelio Robles Romero




Envolver quisiera tu rostro de escarola verde,
verde como tu querías que fuera, verde,
y apartar con mis manos las hojas rizadas
hasta encontrar tus sempiternos ojos soñadores.
Me detendría en el rizo de tu pelo negro
como cada mañana al levantarme, negra,
derrotada al final por tu presencia serena
que huele a vega, jámila y espliego.
Ay, Federico, qué sería de mí sin tu mirada,
sin tus labios callados y habladores
que acompañan silencios o entonan canciones
mientras despierto al hambre diaria de la vida.
Jugando al dime y al direte te escondes y apareces
vestido de loco trotamundos, risueño de cal,
entre suspiros de tiernos brotes verdes,
verdes como tu querías que fueran, verdes.
Como niño travieso me persigues mientras guiso
buscando en los bolsillos del mandil la golosina
en forma de beso o arrumaco, medicina
para el mal de amor que destiñe los labios.
Siempre me acabas derrotando y la derrota
me acompaña pegajosa en la jornada dura
convertida así en larga y fina mordedura
de amor eterno que desquiciado brota.
Ay, Federico, que sería de mí sin tu mirada
que guardo para mí sin compartirla,
celosa del resto de árboles y risas
que llenan de tristes vacíos mi jornada.
¿En que piensas mi lindo hombre-niño-adolescente?
¿Dónde guardaste tus madrugadas tibias?
¡Déjame prepararte un plato de pálidas endivias
para enmarcar tu rostro y alegrar tu frente!
¿Qué más te puedo ofrecer en la cocina?

Marianita

3 comentarios:

  1. Me ha llegado y no es fácil, casi estoy atrofiado para leer poesía. Hace demasiado tiempo que leo en diagonal.

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  2. No entiendo la metáfora de la escritura en "diagonal"; las cosas son así, compañero, no todos los lenguajes son percibidos de igual manera. En casa, a mi mascota siempre le gustó que le leyera poesías, afirma no entender nada, pero lo relaja y le suena a música clásica.
    El trasfondo del poema es muy simple: La fotografía de Federico preside mi cocina; está realizada con una técnica fotográfica que implica que su mirada te persigue allá donde estés (por eso le llamo en ocasiones "Federico Perseguidor". Se me olvidó poner la fecha, sería por 2001, cuando pasé seis meses con un collarín rígido después de que me pusieran una prótesis de titanio en el cuello para sustituir un disco cervical que optó por vivir su propia vida... y se marchó. Pasaba mucho tiempo en la cocina, respondiendo a la mirada de Federico y así surgió el poema. Besos, Roete Rojo

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  3. Hermoso poema Carmen.
    En tiempos no muy lejanos también coloque en mi dormitorio fotos de aquellos que quiero mucho y nunca olvido.
    Me dieron fuerza para sobreponerme a una fuete rectificación cervical.
    Estás tu. Gracias por tus sabios consejos en esos días tan dificiles.
    Ana aria

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