lunes, 22 de octubre de 2012

VENEZUELA, 7 DE OCTUBRE: OTRA VICTORIA POPULAR


(Dedicado a Tibisay Lucena, Presidenta del CNE)
Artículo escrito para El Otro País de Este Mundo

Tibisay Lucena, Presidenta del Consejo Nacional Electoral


Con un 98.02 de las actas electorales procesadas, la Presidenta del Consejo Nacional Electoral de la República Bolivariana de Venezuela, Tibisay Lucena,  el candidato Hugo Rafael Chávez Frías, acredita su victoria en las pasadas elecciones presidenciales del 7 de Octubre, para el período 2013-2019.
El Polo Patriótico, coalición que apoyaba la candidatura de Hugo Chávez, obtuvo 8.136.637 votos, lo que supone un 55.26% del total de votantes; mientras su oponente, Henrique Capriles, representante de la ultraderecha proimperialista, apoyado por la llamada Mesa de la Unidad Democrática, obtuvo, 6.499.575, un 44.13%. La diferencia entre ambos candidatos supera los 11 puntos. Fijándose la participación en más del 81% del censo electoral.

El terror de los medios

Las elecciones presidenciales tenían a todas luces una trascendencia especial. No sólo en el plano interno, donde se jugaba la continuidad o no del proyecto de transformaciones que vive el país sino también en el plano internacional, donde se dilucidaba, entre otras muchas cosas, la consolidación de los proyectos de integración que se viven en Suramérica y El Caribe. La expectación ha sido por dichos motivos extraordinaria.
En este ambiente, la campaña orquestada por los medios de comunicación transnacionales, mejor llamarles “medios del terror”, ha sido de una virulencia también extraordinaria. Según Atilio Borón, en su artículo, “Chávez, los mentirosos y el Infierno de Dante” (a cuya lectura pueden acceder a través de la página web de alai-amlatina, la recomiendo con mucho ardor), “En la Divina Comedia Dante Alighieri describe con artesanal minuciosidad los diferentes círculos del Infierno. Son nueve, pero nos interesa el octavo porque es el que está destinado a castigar a los mentirosos, entre los cuales sobresalen los malos consejeros, los charlatanes y los falsarios, gentes que mienten a sabiendas y sin escrúpulo alguno. Si el gran florentino tiene razón en su descripción, las recientes elecciones venezolanas sumaron una enorme cantidad de candidatos a penar para siempre en ese círculo infernal”.
Ni dentro ni fuera del país se ha podido vivir al margen de esta política de terror mediático. Roy Chaderton, embajador de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos (OEA), comentaba en entrevista realizada por Walter Martínez, en el programa de Venezolana de Televisión y TeleSur, “Dossier”, que se ha tratado de una campaña planificada, estructurada y única a nivel mundial. Quiere ello expresar que una vez decidida una matriz de opinión desde los centros de poder imperialista articulados a través de los medios del terror, dicha matriz puede ser vista a través de CNN, por ejemplo, pero también escuchada en una emisora de radio local, en cualquier parte del mundo.
En la creación de ese mundo de ficción y mentiras, se han reproducido mensajes que pueden sonarnos añejos pero que siguen provocando un fuerte impacto entre amplísimos sectores de la opinión mundial. Venezuela es una dictadura, el Presidente es un tirano, no existe libertad de expresión, el sistema electoral no es confiable, la votación está mediatizada por la inseguridad pública y la corrupción generalizada, etc. Y, a pesar del triunfo obtenido por el Polo Patriótico, la matriz seguirá funcionando, ya lo hemos podido comprobar, porque es la base de una estrategia que tiene como objetivo último dar cobertura a una futura intervención militar. Lo aseveraba Roy Chaderton en la mencionada entrevista.
El poder de los medios del terror se ha manifestado de tal modo y con tal envergadura en los últimos años, que muchos analistas comenzaron a denominarlo como “el cuarto poder”, y a caracterizarlo como instrumento bélico en permanente acción. La necesidad de hacerle frente, en su doble finalidad de provocar pánico y de generar consensos (cosmovisiones, hegemonía), se ha convertido en una necesidad histórica en la República Bolivariana de Venezuela, donde se ha favorecido el surgimiento y desarrollo de multitud de medios comunitarios y libres. A pesar de lo cual la dictadura mediática sigue implacable, como demuestran las cifras, recogidas en el mencionado artículo de Atilio Borón, “… de los 111 canales de televisión existentes en Venezuela sólo 13 son públicos, y que tienen una audiencia de apenas el 5.4% como demostraran Jean-Luc Mélechon e Ignacio Ramonet en una nota reciente. Y en los medios gráficos la situación es aún peor, porque el 80% está en manos de una oposición radicalmente enfrentada al gobierno…”
La victoria popular contundente, en este marco de terror mediático, cobra una significación de cualidad excepcional.

¿Un país dividido, confrontado?

La cadena Ser, al poco de conocerse el primer comunicado del CNE, emitía el siguiente parte de noticias (la cita no es textual): victoria contundente del Presidente Hugo Chávez, quien volverá a asumir un nuevo mandato para el período 2013-2019…”si su salud se lo permite”. Esa misma mañana pude comprobar que esta “coletilla” había aparecido en los principales medios y agencias del terror de todo el mundo. La segunda, con igual magnitud divulgativa, “una vez más se constata que Venezuela es un país dividido, confrontado”.
A primeras horas de la mañana, la misma emisora de radio española entrevistaba a la Ministra para la Juventud, Maripili Hernández, quien sin poder contener la emoción y la alegría que se vivía en esos momentos en su país, contestaba de manera clara y directa, que el país no estaba dividido o confrontado por los resultados electorales. La división, dijo, se arrastra desde tiempos históricos. Al inicio de la Revolución Bolivariana, un 68% de la población era pobre y un 25% vivía en pobreza extrema. ¡Ese sí era un país dividido, una sociedad confrontada! El hambre y la desesperación condujeron al “Caracazo” en 1989. Explicó seguidamente que al inicio de la Revolución, uno de cada cinco venezolanos con derecho a votar estaba excluido del sistema por el simple hecho de no tener ningún documento que acreditara su existencia. Por ello, explicó, el censo electoral era de 8 millones y, tras el esfuerzo realizado en estos últimos años, la cifra ha superado los 17 millones. ¡Ese sí que era un país dividido, una sociedad confrontada!
Por supuesto que a la Pepa Bueno no le gustaron ni poco ni mucho las contestaciones de la Ministra. Como dicen por estas tierras, “ajo y agua”, “a joderse y a aguantarse”.
Estas preguntas insidiosas, estas matrices de opinión, tengo que reconocerlo, me ponen de los nervios. Alguna vez el desarrollo histórico tendrá que obligarnos a ponernos de acuerdo en las reglas del juego; de igual manera que es universal, o casi, el sistema métrico decimal. Si Venezuela es un país dividido o confrontado por unos resultados electorales, también lo son Estados Unidos, Inglaterra, Francia, España y tantos más; países cuyos sistemas electorales no suscitan, por otro lado, el alto nivel de participación ni el bajo nivel de abstención, que se han conseguido en las pasadas elecciones del 7 de Octubre en Venezuela.
Por cierto que en la victoria del “Candidato de la Patria”, el Partido Comunista de Venezuela ha aportado cerca de medio millón de votos.

La dialéctica del proceso revolucionario

Comentando con el profesor de la Universidad Simón Bolívar, Jesús Peña Cedillo, el resultado obtenido por el candidato de la ultraderecha proimperialista, me respondía, con bastante sentido del humor, “… ellos son 6 millones y medio, pero dadas las condiciones en que seguimos dando estos procesos, a mi no me sorprende esta situación. Me sorprende que haya 8 millones que sigan votándonos”…”incluso con los errores que se han cometido en todos estos años, el cambio que ha sufrido el país es impresionante. A pesar de lo que mucha gente piensa nosotros ganamos por la gestión del gobierno”.
Esto es tan así, que hasta el candidato opositor, el niñato fascista, ignorante y golpista, se ha reivindicado como seguidor de Lula da Silva, ha tenido que adoptar hasta la vestimenta del chavismo (ropa deportiva con la bandera de ocho estrellas), y mentir un millón de veces al afirmar que mejoraría las Misiones Sociales, y que entre sus prioridades estarían mejorar la salud, la educación, el trabajo para los jóvenes, etc.
Cierre de Campaña

Existen los sectores recalcitrantes que siguen pensando que los ranchos los inventó Chávez, que no se están construyendo viviendas o que no ha sido reparado el puente que conduce a la Guaira, que la economía del país está hundida, etc. Sectores que siguen enfermos de “infofrenia”, viviendo en el limbo de los idiotas al margen de la realidad; que siguen defendiendo el pasado de modo infantil, ideológico, ese pasado en el que todos eran felices, hermanos… Frente a ellos están amplísimos sectores populares que han visto transformada su vida, que han conquistado derechos, que tienen un proyecto futuro lleno de esperanza para ellos y sus hijos, un proyecto de sociedad distinta, la socialista, expresión que se ha hecho cotidiana y es motivo de debate y estudio.
A la llegada del Presidente Chávez, en 1998,  la situación de la otrora “brillante” clase media dejaba mucho que desear, golpeada por la situación general del país e impedida para mantener el tipo de vida anterior. Estos sectores tradicionales se han ampliado con la llegada de nuevos asalariados públicos, técnicos, sectores comerciales, etc., gracias al crecimiento económico que vive el país y a las grandes políticas públicas que han mejorado las condiciones generales y abierto perspectivas negadas hasta entonces para el conjunto de la población. Aun así, y a pesar de parecer contradictorio, en estos sectores se encontrará buena parte del voto recibido por el candidato de la ultraderecha proimperialista.
Y no podría ser de otra manera. A pesar de los logros conquistados, no es despreciable el efecto perverso del terror y la mentira mediática a que están sometidos inclementemente estos sectores. Agreguemos a esto que estamos ante un proceso revolucionario que sigue desenvolviéndose en un marco capitalista, lo que no deja de pasar factura día a día. La atracción real, material, del modo de vida capitalista permea al conjunto de la sociedad como un sueño. En palabras de Jesús Peña Cedillo, “no hay 6 millones y medio de oligarcas, pero sí 6 millones y medio que quisieran serlo, aunque solo sea en sus sueños”.
En el fondo, pues, el problema de la hegemonía y el tema de la base material en la que ésta debe fundamentarse.
Mientras que la República Bolivariana de Venezuela vive este magnífico proceso revolucionario, con la victoria popular sin paliativos obtenida en las pasadas elecciones del 7 de Octubre, la dialéctica revolucionaria encontrará, seguro, nuevos cauces de desarrollo y los pueblos de América Latina y El Caribe, podrán respirar y seguir construyendo un modelo de integración distinto al ALCA y su Segunda y Definitiva Independencia.

Carmen Morente
Plataforma Simón Bolívar de Granada

domingo, 7 de octubre de 2012

¡POR LOS CLAVOS DE CRISTO! (1)


No piensen que me volví loca por esta exclamación tan cargada de religiosidad. Por  mi tierra, imagino que también por otras, expresiones de este tipo están preñadas de irreligiosidad. La cosa es que en mi altar sagrado, es decir, en mi cocina, mi madre y Roque sufren con fervor con el desarrollo de un partido de fútbol. Mi madre, de vez en cuando, si la cosa se pone al rojo vivo, exclama, ¡Por los clavos de Cristo!.
Debieron dolerle a Cristo mucho esos clavos. Aunque después de mi última enfermedad he llegado a la conclusión de que eran ciertas, en algún sentido, todas las gilipolleces que nos enseñaban en la Normal de Magisterio, en la asignatura de sicología, sobre aquel asunto de los "umbrales". Roque ya me explicó la base científica de dicha teoría.
Pero el dolor es algo tan personal, tan subjetivo, tan de uno que acaba modificando, incluso, la noción del tiempo. Es decir, si en ese momento uno piensa que el sufrimiento puede durar una hora más, un día más, una semana más, se suicidaría sobre la marcha de cualquier manera... luego, cuando disminuye y desaparece queda convertido en un mal sueño. ¡Qué cosa tan extraña!, vivir intensamente cada milésima de segundo y que luego la suma de decenas de horas quede convertida sólo en pasado.
Durante todas esas "mis" decenas de horas no podía  dejar de pensar en los miles de torturados, buscando un consuelo, un amarre al que asirme para ser o parecer fuerte. Pero eran situaciones para este caso objetiva y subjetivamente diferentes, es más, confrontadas.
Una cosa es que por un "fallo de producción", o un "mal uso", o un "deterioro por el prolongado uso", nuestra máquina empiece a fallar y lo exprese a través de esa complicada red que une el sistema nervioso al cerebro de un ente "civilizado". Eso es una cosa. Otra bien distinta que desde fuera, otro ente "civilizado" organice o programe concienzudamente tu aniquilación física, mental y moral, sabiendo que por conciencia tu "umbral" será más elevado, es más, que formará parte de tu comportamiento elevar permanentemente el umbral de lo soportable..
Bueno, todas esas cosas he meditado, entre gritos unas veces
estereofónicos y otras amortiguados gracias a mi habilidad para morderme la mano izquierda. En esa tesitura recibí una llamada telefónica de mi amigo Enrique, mi ex-novio, propietario de la Taberna La Sacristía.
- Morente, hace varios días que tengo en la taberna el canario que te prometí. Lo he conseguido algo más caro de lo que te dije pero creo que merece la pena.
Días antes de hacerse presente en mi casa el fantasma del dolor, habíamos recibido una visita para mí muy especial. Dejó un aroma a café de Colombia y una palabra que jamás desaparecerá de nuestro lenguaje familiar, "calientico". Con él visitamos, claro, la Sacristía, en una noche complicada en la que se hacía difícil entender qué cosa hablábamos los granaínos; sobre todo se hacía difícil entender qué cosas hablaba Enrique en su "granaíno" en vías de extinción que necesita traducción simultánea, incluso, para un castellano parlante.
Pero entre otras cosas hablamos de pájaros. Sí, como en la narración de Zitarrosa en su disco "De pájaros y lunas". Enrique prometió conseguir un canario "malinoes", una especie originaria de Bélgica, de la ciudad de Malinas, que se caracteriza por un cantar sin sobresaltos, sin gritos, sin abrir el pico. Mientras explicaba estas cosas, estábamos oyendo al suyo en la Taberna, como un susurro, una presencia discreta que acaba por su grandeza convirtiéndose en lo único importante del recinto.
Enrique daba todo tipo de explicaciones sobre cómo tratarlos, dónde colocarlos, sobre la necesidad de que no estén en contacto con ningún pájaro distinto para que no aprendan trinos ajenos, que no se podían sacar al patio o al balcón, que no debían tener mucha iluminación, que no podía darles la corriente, y tantas cosas más que me pareció que en nuestra casa-galimatías, no podría sobrevivir un ser tan delicado.
Por eso, al recibir la llamada telefónica en aquella jodidísima
tesitura, contesté:
- Enrique, perdona, llevo unos días enferma y no he podido pensar que el canario estaría en la taberna; en cuanto me encuentre mejor, iremos a recogerlo.
- No hay problema, me contestó, en estos días está aprendiendo
mucho del mío... ven cuanto antes a recogerlo porque será señal de que ya te encuentras mejor.
Así fue, el pasado miércoles, después de visitar a un afamado
traumatólogo (que me pareció simpático), paseamos por Granada haciendo tiempo para llegarnos a la Sacristía.
Para Roque pasear por Granada es siempre un ejercicio de autoflagelación: va grabando en su disco duro cada solar vacío, cada casa desaparecida, cada rincón manipulado; observa con la capacidad de sorpresa propia de un niño que descubre cada día la vida, las modificaciones fraudulentas y especulativas que sufre la ciudad, la miopía de sus gentes, la mediocridad de su burguesía, el desmedido desclasamiento de unos sectores populares con el PIB más bajo del Estado, el ser y no ser de una ciudad y sus gentes determinadas aunque no lo sepan por el acontecimiento de la Conquista. Vimos una exposición de fotografías sobre la ciudad en el siglo XIX y principios del XX; una exposición bastante ecléctica de pintura en la que pudimos saborear dibujos y pinturas de Federico García Lorca, Degas, Picasso, Modigliani, Tapies, Dalí, Genovés y muchos más que ahora no recuerdo. Tomamos un café en un lugarcito sin historia y llegamos a La Sacristía.
Bebimos como siempre mucho vino. Yo, incluso, en una de esas
escenificaciones que suelo montar, corté de una maceta de guindillas
que había sobre el mostrador un pimientico y estuve a punto de morirme. Roque me regañó sin mucho convencimiento y Enrique, maldita su madre, se lo pasó bomba mientras yo quedaba sin palabra y sin aliento, con la faringe abrasada y un fuerte dolor de oídos.
Conocimos a nuestro canario "malinoes", habitando una vieja jaula, bastante sucia, con su anillito en la patita señalando la fecha de nacimiento y su registro de raza. Me parecieron en principio detalles demasiado aristocráticos y a punto estuve de tomarle manía.
Envuelto en unas bolsas de plástico hizo su primer largo recorrido por la ciudad del desamparo. Conducí el coche hasta la casa por si encontrábamos algún control de alcoholemia, así quien se quedaría sin carnet de conducir sería yo: toda una muestra de amor y de desprendimiento por parte de Roque.
Creo que le gustó nuestra casa. Antes de acostarme pasé un largo rato hablando con él, explicándole que se llamaba Simón Bolívar y diciéndole:
-Tu eres Simón, yo soy la Morente.
El asunto tuvo mayores consecuencias de las previstas. Federico no daba crédito a lo que yo había decidido y me miraba enfurruñado como jurando no perdonármela. Bolívar por contrario no podía ocultar una sonrisa socarrona de triunfo y me miraba con sus ojos más seductores. Yo, por mi parte, arropada por la nueva presencia en mi casa-laberinto, me permití mirar a ambos por encima de los hombros e incluso me permití alguna exclamación ofensiva que aún los tiene a ambos callados y meditabundos.
A la mañana siguiente abrí la ventana y grité a mi vecina Fina:
-¡¡Fina, mi pájaro se llama Bolívar!!
Al rato, en la radio, se escuchaba un pupurrí de canciones de los 70, ya sabéis, están locos celebrando que Franco colocara al "Mormón" en la Jefatura del Estado. Se oyó una canción de Labordeta y otra de Raimon.
Simón comenzó a cantar de esa manera en que debía hacerlo. Yo abrí, de nuevo, la ventana y grité a  Fina:
-¡¡Fina, mi pájaro es de izquierdas!!
No volvió a cantar en toda la mañana. Eso sí, había aprendido perfectamente su nombre y cuando yo lo llamaba, me contestaba piando.
Al medio día recibimos el CD de José Mercé, "Aire" y mientras almorzábamos Roque lo puso para que yo lo escuchara. Fue entonces que Simón se puso a cantar de un modo tan grandiosamente perfecto que hasta Federico y Bolívar se volvieron para escucharlo.
Desde entonces, es decir, desde ayer, todos estamos como bobos mirando a Simón, hablándole a Simón, discutiendo por su culpa (que si ahí no está bien, que si puede darle la corriente, que si tiene mucha o poca luz, que si debemos ponerle agua del grifo o agua mineral); le hemos comprado una linda jaula donde todavía no sabe cómo comportarse. Pero eso sí, esta mañana, cuando he abierto la ventana, he podido gritarle a mi vecina Fina:
-¡¡Fina, a mi pájaro sólo le gustan las mariconás que canta el
Pepe Mercé!!
Cuando Enrique se entere, él, un ortodoxo del flamenco, se muere del susto.

          Noviembre del año 2000.
          Firmado: Nefertiti

(1)   Llevaba una semana recogiendo cifras sobre la última Encuesta de Población Activa en España, para escribir algo relativo a la situación que vivimos en el país, cuando mi pájaro-Simón se puso enfermo. Ayer murió. Está enterrado en un arriate del patio. Busqué en el ordenador este corto que escribí el día en que fuimos presentados. Hace casi 12 años. Todo ese tiempo hemos vivido, disfrutado y sufrido juntos. En aquella época yo tenía que llevar un collarín permanente en el cuello, que no podía quitarme ni para dormir. Adopté diferentes seudónimos y agrupé lo escrito bajo el epígrafe, “Una sobredosis de enfermedades”. Fueron tiempos difíciles. La compañía de mis eternos, Federico y Simón Bolívar, se hizo cantarina y risueña gracias a la presencia del pájaro-Simón.
(2)  Aclaro que no utilizo la palabra “mariconás” en sentido despectivo por mi parte. Recojo una expresión del ámbito selecto de los ortodoxos del cante flamenco y que utilizan para denominar la actitud de aquellos cantaores consagrados que incursionan en el mundo de la fusión.