Crónica a los 10 años del Golpe de
Abril de 2002
(Artículo publicado por El Otro País
de Este Mundo, junio 2012)
A los 10 años del golpe de Estado en la República Bolivariana
de Venezuela, perpetrado por la cúpula del Ejército, la Patronal y los medios
de comunicación, Caracas se dispuso a conmemorar la gran movilización popular
que consiguió rescatar al Presidente secuestrado y retomar el hilo
constitucional. En menos de 48 horas, algo inédito en la Historia.
Muchos acontecimientos han ocurrido en los 10 años
transcurridos. La oposición fascista y sus aliados naturales: el gobierno de
los EE.UU. y los de sus lacayos, incluido el español; las grandes empresas de
comunicación a nivel mundial y las empresas multinacionales de distinto origen,
no han parado de conspirar, de sabotear el proceso democrático y de
transformaciones que el país vive.
Del otro lado, la Revolución Bolivariana ,
a la que se calificó durante los primeros años como “la Revolución Bonita ”
(y lo sigue siendo), ha seguido avanzando, en medio de continuos sobresaltos
provocados, en la reconstrucción de la economía nacional, en la profundización
de la democracia participativa y protagónica; ha seguido ganando elecciones y
saldando la gran deuda social que se arrastraba debido a las políticas de
saqueo desarrolladas por la oligarquía y sus secuaces durante décadas y siglos.
En estos años el panorama geoestratégico de la América
del Sur también se ha modificado de modo ostensible. La necesidad imperiosa de
integrar economías sobre bases distintas a la propuesta norteamericana que
supuso el ALCA, da un respiro a los gobiernos más comprometidos y hasta
aquellos de claro signo conservador y neoliberal, no han tenido más remedio que
aceptar, de buena o mala gana, que en el marco de la crisis global del
capitalismo, si quieren sobrevivir tendrán que no mirar solo y exclusivamente a
las economías del Norte.
Caracas era una
fiesta
Teatro Principal después de la remodelación |
PDVSA- La Estancia, abierta al pueblo |
Utilizando la expresión de Ernest Hemingway. También la
ciudad está desconocida. Abandonada por la oligarquía era una auténtica ruina
en marzo de 2002, la primera vez que la visité. Los edificios patrimoniales en
condiciones catastróficas, la ocupación del espacio público por miles y miles
de buhoneros (vendedores informales), la suciedad y otras expresiones de
abandono, convivían en el centro-centro de la capital de la República.
Para que puedan hacerse una idea, en una de las esquinas
de la Plaza Bolívar ,
un edificio decrépito cobijaba en sus bajos una zapatería. En realidad se
trataba de una de las casas del Libertador, en la que estuvo hospedado
Francisco Miranda y en la que residió Simón Bolívar en su último paso por la
ciudad que le vio nacer, camino a la muerte en tierras colombianas, La Casa
del Vínculo. Tras un excelente trabajo
de restauración ahora está abierta al público como museo gratuito.
En otra de las esquinas de la Plaza Bolívar , justo
al lado de la Casa Amarilla , casa de
protocolo del Ministerio del Poder
Popular para las Relaciones Exteriores, un edificio de gran envergadura afea la
calle, tapado con tablones, estructuras sujetas con postes de hierro, siempre
que pasaba por allí intentaba evitarlo, tal era su estado de decrepitud. Se
trataba del Teatro Principal; las
obras para rescatar la fachada y el interior original, adaptado a las
comodidades y a las nuevas tecnologías, han sido espléndidas. En el se realizan
en la actualidad multitud de eventos y ha sido centro de debates
internacionales sobre el papel de los medios de comunicación en el golpe de
Estado de 2002.
Se han abierto cafés y bares, diríamos por aquí, que
mantienen hasta altas horas de la noche sus terrazas abiertas, con actuaciones
musicales en vivo. Algo inédito que es contemplado por los viandantes con
sorpresa y alegría.
Una gran amiga, Ana María, me contaba que no había
visitado el centro de Caracas desde hacía cerca de 30 años. Otros me comentaban
que cuando necesitaban hacer alguna gestión en el centro pagaban a una persona
para que la hiciera, cualquier cosa menos ir.
Alguien me explicaba con suma satisfacción que están
promoviendo una consigna, “En el centro se vive mejor”. Y entre risas, la
necesidad de que el Gobierno de la ciudad nacionalice el restaurante La
Atarraya, en la Plaza del Venezolano, pues se niega a cerrar más tarde.
Otros lugares emblemáticos de la ciudad han sido
rescatados y puestos en valor social: Plaza Caracas, Plaza Venezuela, el
Boulevard “Sabana Grande” (de las transformaciones que con mayor orgullo hablan
los caraqueños), Los Próceres, Plaza de los Museos, El Calvario, Parque Este,
etc.
Multitud de áreas recreativas instaladas para goce de
niñas y niños…
Actividades por
todos lados
Mesa redonda en el Banco Nacional de la Vivienda |
Todas las actividades organizadas con motivo de la
conmemoración de la movilización popular de 2002 han estado repletas de
público. Era impresionante ver la cola de gente que aguantaba bajo la lluvia
para poder entrar al Teatro Principal, una de las noches que andábamos por
allí.
En la Plaza de los Museos se celebraron talleres sobre el
papel de los medios de comunicación comunitarios y alternativos. En este caso,
la lista para inscribirse fue multitudinaria.
También el Teatro “Teresa Carreño” funcionó como foro de debate, así como otros
edificios públicos como la Sede del Banco Nacional de la Vivienda.
En la “esquina caliente” de la Plaza Bolívar , una
carpa para proteger del sol y de la posible lluvia, permaneció instalada todos
los días; allí se organizaban debates, en algunos casos televisados, cualquier
persona podía acercarse, sentarse, dar su opinión o seguir a través de una gran
pantalla de televisión, lo que ocurría en los espacios cerrados donde se
estaban desarrollando conferencias, proyecciones, etc.
Un gran despliegue de cartelones perfectamente editados
recordaban los titulares de la prensa nacional e internacional durante los
acontecimientos de 2002. Mucha gente se paraba a leer los contenidos e
inmediatamente se organizaba el corrillo y un conversatorio. Al saberme
extranjera, se dirigían a mí para contarme los acontecimientos del 2002.
En la llamada “Plaza de la Revolución”, centro de las
actividades de la comandanta “Lina Ron” y de su organización, Unidad Popular
Venezolana, el bullicio era permanente durante el día; por la noche se ha
convertido en un lugar donde muchos parroquianos acuden a jugar al dominó. Un
gran mural recuerda a Lina, la Plaza siempre está limpia como un palmito…
13 de Abril:
Concentración hacia Miraflores
![]() |
Avenida Urdaneta. 13 de abril 2012 |
El pueblo porta un retrato de Simón Bolívar |
Desde tempranas horas de la mañana nos encontrábamos en
el centro de la ciudad. Al
bullicio normal de un día no festivo se sumaban “oleadas” de personas, muchos
jóvenes, con camisas rojas o con distintivos de las Misiones sociales puestas
en práctica en los años del gobierno bolivariano.
Ya, para el medio día, la Avenida Urdaneta ,
que pasa por Puente Llaguno y conduce al Palacio de Miraflores comenzaba a saturarse,
a pesar del “palo de agua” que había caído. Hombres y mujeres de todas las
condiciones y color de piel manifestaban su alegría cantando o bailando,
hablando, desplegando banderas y pancartas.
Preguntando aquí y allá, la respuesta era siempre la misma:
Prohibido olvidar.
Como a las 4 de la tarde la multitud era aplastante. Por
las calles transversales miles de personas caminaban hacia la Urdaneta y
regresaban porque ya no podían acceder e intentaban hacerlo desde otro lugar.
Las gentes de las milicias populares con sus uniformes y perfectamente
alineadas, muchas mujeres de las clases populares mostrando su orgullo por
llevar el uniforme que las identifica.
Mi compañera Herminia y yo decidimos alejarnos de la
Urdaneta y regresar contracorriente a la Plaza Bolívar.
Habíamos intentado llegar a Puente Llaguno pero resultaba
imposible.
En la
Plaza Bolívar seguimos mirando con emoción la llegada de
nuevos destacamentos de personas: una organización tupamara, las patrullas del
Instituto Nacional de Estadística, mucha juventud, mucha juventud movilizada,
que ya no podría, pensábamos, llegar al Palacio de Miraflores para escuchar al
Presidente, Hugo Chávez, hablar desde el Balcón del Pueblo, y tendría que
conformarse con escuchar sus palabras a través de las grandes pantallas
instaladas en distintos puntos.
Desde el piso 20 de la Cancillería pudimos contemplar la
multitud y hacer fotografías antes de ponernos a escuchar, en la Sala de
Prensa, el discurso del Presidente quien horas después, según anunció, viajaría
a La Habana para seguir con el tratamiento médico.
Un periodista venezolano me preguntó si recordaba aquel
terrible 11 de abril de 2002. Claro que lo recordaba, tanto que no he dejado de
pensar en lo ocurrido ni un solo día de mi vida.
Imposible olvidar, prohibido olvidar, el papel criminal y
terrorista de los medios de comunicación en España quienes, desde la madrugada
del 11 al 12, repitieron sin matices la versión de los medios golpistas de
Venezuela, emitidas a través de todas las agencias de noticias del mundo.
Imposible olvidar, prohibido olvidar, el desamparo y el
dolor que sentimos y la posterior indignación. No tuvimos ninguna posibilidad
de saber lo que verdaderamente ocurría. Fueron decenas de llamadas telefónicas,
nadie se ponía al habla, no sabíamos que las comunicaciones habían sido
saboteadas. Cuando se filtró la conversación entre la hija de Hugo Chávez con
Fidel Castro algo comenzó a moverse en los medios.
En la noche del día 13, por fin, Carolus Wimmer me decía
por teléfono: Camarada Carmen, tranquilízate, miles de miles de miles están ya
en el Palacio de Miraflores, el Presidente no ha dimitido, está secuestrado en
la Isla de la Orchila… tranquilízate, el pueblo conseguirá que regrese sano y
salvo. Dilo a los compañeros de España, repite lo que te estoy diciendo. Y eso
hicimos durante toda la madrugada hasta que desde casa de mi hermana Ángeles
nos informaban que estaban viendo en directo, a través del CNN-Plus, lo que
ocurría en Caracas, que lo estaban grabando para que no nos perdiéramos nada.
El día 14 de Abril, lloramos de alegría, de emoción, de
tanta solidaridad y agradecimiento como acumulaban nuestros corazones. Pudimos
celebrar, junto al pueblo noble de Venezuela, el triunfo sobre el fascismo y,
en el 71 aniversario de la proclamación de la II República
Española , gritar junto a él: ¡En Venezuela, NO PASARÁN!
¡Prohibido olvidar!
Prohibido olvidar. Paneles recordatorios. Plaza Simón Bolívar |
Roete
Rojo
Excelente y muy sentida crónica de ese día, querida Carmen... ¡Un abrazo!
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