(Crónica breve)
A
iniciativa del Seminario “Otro Pensamiento Es Posible”, de la Universidad de Granada
(UGR), se realizó en La
Corrala de Santiago, residencia de invitados de la UGR , en pleno corazón del
Barrio del Realejo, antigua judería, una actividad en la que el periodista y
escritor, Alfredo Grimaldos Feito, presentó su libro “Historia Social del Flamenco”.
Fue la tarde del 29 de mayo pasado.
El
acto fue mucho más allá de la presentación de este libro, editado por “Península”
(Barcelona, 2010), con prólogo de J.M. Caballero Bonal y en cuya portada
aparece una abuela gitana con un niño y una niña; y una frase antológica del
cantaor Rancapinno: “El flamenco se canta con faltas de ortografía”.
El
director de La Corrala ,
Carlos Orte, profesor de la
Facultad de Farmacia, hizo un recorrido histórico por este edificio,
antigua corrala de vecinos; de las tareas de reconstrucción y adecuación que se
acometieron para salvarlo de la ruina y adaptarlo a las nuevas necesidades como
residencia de invitados de la UGR ;
proceso siempre abierto a la opinión de los vecinos y vecinas; como abiertas a
la participación serían sus actividades desde el inicio. Para conocer más de su
historia y poder disfrutar de una “visita guiada”, les proponemos vean el
video…….
Pedro
Luís Mateo, profesor de la
Facultad de Ciencias, en nombre del Seminario, leyó el
Manifiesto constitutivo, presentó a los ponentes y acabó denunciando el recorte
de libertades que estamos viviendo, la represión contra los movimientos
sociales que luchan contra la política de recortes impulsada por el Gobierno y
muy concretamente pidió la libertad para Carlos y Carmen, a los que pedían 3
años de cárcel por participar en un piquete informativo en la última Huelga
General. Sentencia que se hizo firme a los pocos días.
Le
tocaba el turno, pues, al “maestro”, Alfredo Grimaldos, quien insistió en que
su libro era un libro colectivo, en la medida en que fue escrito en base a
cientos de entrevistas realizadas a artistas flamencos, hombres y mujeres del
cante, la guitarra y el baile. Quien se disponga a leerlo podrá comprobarlo
desde la primera página.
Destaco
de su intervención las muestras que expuso de rebeldía, contestación social y lucha, que los
flamencos y las flamencas manifestaron en su devenir histórico, siempre
ocultado; y de cómo pagaron con persecución y represión su osadía y compromiso.
De la gran revolución que supuso sacar a esta expresión cultural popular del
mundo explotador y miserable de las juergas de señoritos y sus secuaces.
Dedicándole, por último, una atención especial al papel jugado por estos
rebeldes comprometidos, muchas veces afiliados a organizaciones
revolucionarias, durante los últimos años de la dictadura fascista y de la
llamada “Transición Política”.
Llegó
el momento de los artistas: el joven estudioso del flamenco y cantaor, Juan
Pinilla, acompañó a los veteranos Payo Moyano, al cante y a ……., a la guitarra.
La Corrala
estaba abarrotada de gente que llenaba el patio central y los dos corredores
superiores. Gentes de todas las edades, condiciones sociales y orígenes
geográficos. Muchos flamencos de raza, veteranos, jaleaban a ponentes y
artistas.
Juan
Pinillas, en su intervención, denunció las nuevas expresiones de caciquismo y
el ostracismo al que son condenados aquellos artistas flamencos que no pasan
por el aro de los gobernantes de turno, que en Andalucía lo han sido siempre de
la misma cuerda política, es decir, del PSOE.
Hubo
una reivindicación expresa de la
República como forma de Gobierno y de libertad para todas y
todos los detenidos por delitos políticos.
Llegó
la hora del silencio, para escuchar las palabras cantadas y el toque de la
guitarra. Dos generaciones flamencas se alternaron en el escenario, cada una
con sus características pero hermanadas por la misma sinceridad, honestidad y
compromiso.
Paco
Moyano, “echó el resto”, con sus……..
Y,
para finalizar, como en cualquier espectáculo flamenco que se precie, la rueda,
a la que se incorporó Alfredo Grimaldos, cantando juntos………
Una
noche flamenca, mágica, comprometida… donde se desmotró, como en el cuento de
Alfredo Zitarrosa, que el viejo (el flamenco) tenía, “miles de compañeros almas
y más”.
Roete
Rojo
Vaya por Dios, que diria un torero, me he perdido ese acto y lo siento de verdad porque además de ser melómano, soy amigo de Alfredo (presenté en La Habana su libro La CIA en España, y porque soy amigo vuestro. Un beso desde este Madrid insoportable donde paso unos dias. Carlos
ResponderEliminarQuerido Carlos, no se puede estar en todas pero hubiese sido cojonudo contar con tu presencia. Lo pasamos muy bien, fue emocionante y se juntaron muchos viejos locos del flamenco. Imagínate, nosotros a Paco Moyano lo conocíamos porque tiene una hospedería rural en Alhama, que es una maravilla, y se llama "La Seguiriya"; allí vamos a cenar de vez en cuando. Hubo mucha gente, de distintas edades. Donde Alfredo estuvo espléndido fue en nuestra casa, cantando tangos sin parar...Se comieron lo que no está en los escritos y ni te digo lo que se bebieron. Un fuerte abrazo, desde las montañas azules de la Vega de Granada. Tengo el blogs un poco parado porque ando acabando un trabajo que he hecho sobre el libro de Marta Osorio, con la investigación de Agustín Penón sobre Federico García Lorca. Ha sido duro pero creo que merecerá la pena.
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