lunes, 4 de noviembre de 2013

MALDITOS CANALLAS

MALDITOS CANALLAS
(Seguimos hablando de la crisis)

     No siempre uno puede plasmar en un título un tratado de marxismo. Los responsables de la crisis no son, de sobra lo se, malditos o solamente canallas. Malditos fueron grandes hombres, y mujeres, de la Historia, entre ellos el propio Marx. El calificativo “canalla”, por su parte, no tiene solo un contenido ofensivo; al menos en nuestro habla también expresa cariño. Pero alguna vez, digo yo, podremos decir las cosas tal y como nos salen del estómago. Y, hoy, lo que sale de mi estómago es llamarles Malditos Canallas.
     El país se desmorona para los de abajo mientras los Malditos Canallas, como han demostrado los beneficios obtenidos por el Banco Santander o por Bankia, son extraordinarios. Hoy se hará público el PIB y los Malditos Canallas hablarán en los medios de comunicación de la salida de la crisis pues se prevé  que 2013 acabe con un crecimiento del 0.1%.
     Mientras, en la casa de mis vecinos, todos sus miembros en edad de trabajar están en paro desde hace más de dos años. Al padre, obrero del metal, lo he visto en algunas ocasiones echando propaganda comercial en los buzones de las viviendas del pueblo. El hijo, un joven electricista, marchó a Italia a trabajar contratado por una empresa española; jornadas extenuantes de trabajo, condiciones inhumanas de vivienda y el desprecio de los trabajadores italianos; “nos trataban peor que a los turcos y nos hacían responsables de los bajos salarios”. Volvió por navidad, como los turrones, y no ha vuelto a marcharse. Hoy comienzan a bajar las temperaturas, se acaba el otoño atípico que hemos tenido hasta ahora, y me pregunto cómo harán para hacer frente al frío que se avecina. Ha subido el precio de la energía eléctrica y el del gasoil-calefacción está por las nubes. Los escasos recursos que obtienen tendrán que dedicarlos a seguir comiendo. Cuando nos decimos “buenos días” o cruzamos unas palabras en la calle, todas las circunstancias caen sobre mi cabeza como un saco repleto de piedras.
     En la acera de enfrente, dos jóvenes profesionales con título universitario y todos los masters que se puedan pensar, planifican su futuro fuera de España. Están perfeccionando su inglés a marchas forzadas. El objetivo, según me cuentan, pueden ser los países nórdicos. Ellas, pues son chicas, no tendrán que pasar por las penalidades del joven electricista pero son igualmente víctimas de los Malditos Canallas que han reventado sus ilusiones y proyectos de vida.
     Los Malditos Canallas han conseguido hacernos retroceder en la historia. Estos jóvenes, trabajadores manuales o intelectuales, tienen menos posibilidades de desarrollo, dentro del país que los vio nacer, que la generación de sus padres, quienes  ya no vivieron la emigración masiva. Fueron los abuelos y abuelas de los jóvenes actuales,  los que emigraron desde Andalucía, por cientos de miles, a Catalunya, a Alemania, Francia, Bélgica u Holanda. Se calcula que más de 2 millones de andaluces emigraron en los años 60 del siglo pasado.


Salida de emigrantes andaluces en los años 60
Escultura al emigrante en Tocón (Íllora-Granada).










     La posibilidad del exilio económico se ha endurecido para los jóvenes actuales, evidenciando los cambios sociológicos que el capitalismo especulativo globalizado ha impuesto. Ya Europa, tampoco los llamados “países emergentes”, necesitan mano de obra no cualificada.      Ahora reclaman técnicos, científicos, médicos y enfermeras, arquitectos, ingenieros… Son ya miles los que se han marchado y decenas de miles los que están pensando en hacerlo. Los datos del último informe del Instituto Nacional de Estadística nos dicen que las divisas que recibe nuestro país de sus emigrantes en el exterior es superior a las divisas que los emigrantes extranjeros envían desde España a sus países de origen.


"No nos vamos. Nos echan". Movilización de jóvenes emigrantes españoles en Bruselas.

     Mientras unos se han marchado y otros están preparando sus maletas, la mayoría de los jóvenes, los no cualificados, quedarán en tierra de nadie, es decir, prisioneros en su propio país, condenados a no tener futuro, desalentados.
            ¡Malditos Canallas!
           
            Octubre 2013

            Roete Rojo

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