miércoles, 20 de noviembre de 2013

GRANADA POR LA CIENCIA

GRANADA POR LA CIENCIA Y LA INVESTIGACIÓN
(Entrevista al profesor e investigador Roque Hidalgo Álvarez, para “El Otro País de Este Mundo)

El día 10 de Octubre se celebraba en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada (UGR), un acto convocado por 13 de los mejores investigadores e investigadoras de la UGR y del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); con el objetivo de denunciar la suicida política de recortes del actual gobierno del Estado español, así como para plantear la necesidad de potenciar la Ciencia y la Investigación como promotoras del desarrollo social y económico de cualquier país, y más en estos momentos de crisis.

P. ¿Qué motivos les han llevado a promover el acto del día 10 de octubre?

R. Creo que aportando algunos datos se podrán entender nuestros motivos. Decir que si la participación de los Presupuestos Generales del Estado en I+D+i (Investigación, Desarrollo e Innovación), en el año 2009, era de más de 4000 millones de euros, dicha participación pública se ha reducido en un 40%, para 2012, situándose en unos 2400 millones. Se trata de una disminución brutal que ya ha generado múltiples consecuencias negativas; entre ellas: la expulsión de investigadores del más alto nivel, formados durante años, un auténtico destierro. Hoy se ha hecho pública la cifra de que de cada 10 jóvenes españoles que han emigrado, 9 son titulados universitarios; de ellos, un porcentaje importante, como confirmó la intervención del investigador del CSIC, Rafael Garrido, son investigadores de alto nivel; la paralización de líneas de investigación que costaron muchos recursos y décadas en instalarse; la no contratación de jóvenes que pudieran incorporarse como becarios; menos proyectos de investigación… ¡Un auténtico desastre! Al que se ha sumado la acción de la Junta de Andalucía generando más caos aún, sacando nuevas convocatorias de becas y proyectos sin haber resuelto los de convocatorias anteriores.
Estos políticos neoliberales no quieren enterarse de que el desarrollo de la Ciencia no se puede paralizar como si de la construcción de un edificio se tratase, y continuarla pasado un tiempo. En Ciencia no puede existir la relajación pues se pierde el sentido de lo que se está haciendo e inmediatamente se es superado por el vecino de al lado. En Ciencia no se pueden “retomar” las obras. No hay salida a la crisis si sigue aumentando la brecha tecnológica y las políticas de recortes en I+D+i son, más que una brecha, una distancia oceánica.
Ni como trabajadores, ni como ciudadanos, ni como servidores públicos podemos permanecer callados e impasibles. La agresión está siendo de tales dimensiones que también la necesidad y la autodefensa han estado presentes en la convocatoria del día 10, así como en las acciones posteriores en las que estamos comprometidos. Como dijo el profesor Miguel Losada, en el acto del día 10, “Hay que volver a las luchas de los años  70”.

P. ¿Es este un problema endémico en la historia de España?

Por desgracia, SÍ. Sobre este tema basó su intervención el profesor Pedro Luis Mateo, quien nos explicó cómo las clases dominantes en nuestro país siempre habían estado al margen del desarrollo científico; lo cual significó históricamente atraso social, cultural y humano para las grandes mayorías. La acumulación capitalista española nunca necesitó de la Ciencia, sustentada como estuvo siempre en clases parasitarias y en sus dos poderosos aparatos de Estado, Iglesia e Ejército. Fue el modelo de “El Dorado”, que se hundió con carácter definitivo en 1898. Como Pedro Luis subrayó, hemos estado enfrentados a todas las revoluciones que se produjeron en nuestro entorno. Ahora, ante la Revolución del Siglo XXI, que viene de la mano de la nanociencia y la nanotecnología, que tantas aplicaciones tienen en campos como la biomedicina o la energía, también nos sitúan de espaldas.
         En un período de nuestra historia más reciente las cosas fueron de otra manera. Gracias a la concesión del Premio Nobel de Medicina a D. Santiago Ramón y Cajal, en 1906, se creo un año después, la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), organismo autónomo encargado de promover la investigación y la educación científica. Inspirada en la Institución Libre de Enseñanza, supuso un gran impulso en el desarrollo científico que llegó hasta la II República, la cual siguió, en el escaso tiempo del que dispuso (incluidos los años de la guerra) comprometida con esta estrategia; poniendo el pie que faltaba al desarrollar un ambicioso plan de escolarización masiva y al separar la Iglesia del Estado. Es lo que se conoce como “la Edad de Plata”  de la ciencia en España, sobre la cual he tenido el honor de escribir varios artículos en El Otro País.
Ahora, por contrario, los esfuerzos que el contribuyente ha realizado en los últimos 30/40 años, para que existiera un sistema de ciencia homologable a los países de nuestro entorno, pueden resultar baldíos si en los próximos Presupuestos Generales del Estado no se incrementan significativamente las partidas para I+D+i.

P. ¿Qué explicación puede darse a la actual política de recortes del gobierno del Partido Popular?

Resaltaría dos elementos: el primero, el marco global de recortes en todos los sectores públicos de mayor interés social, como educación, sanidad, pensiones, derechos laborales, etc. Una política de rapiña para extraer de la clase trabajadora y de otros sectores populares el monto de la deuda contraída por el capital especulativo y los bancos. La segunda: que el Gobierno tiene un modelo económico, que comienza a fraguarse durante la llamada Transición Política, dependiente y subalterno. ¿Para qué investigar o innovar si ese papel corresponde a Alemania o a Francia? A nosotros nos tocó el sol en el reparto; el “ladrillo” sólo fue una coyuntura transitoria urgida por el lavado de capitales y la liberalización especulativa que permitieron las políticas de los distintos gobiernos de España.
Todo está relacionado: la reforma educativa del ministro Wert es un todo, que apesta, pero que no deja de tener su coherencia de clase. Los niveles básicos para generar una mano de obra masiva no cualificada, que no pueda competir con los vástagos de las clases dominantes, que se formarán en instituciones clasistas costeadas con fondos públicos; y la educación superior, para dicha minoría.

P. ¿La salida a la crisis está vinculada a la promoción de la Ciencia y la Investigación o éstas son un “lujo asiático”?

En el año 2005, el profesor Nathan Rosenberg, de la Universidad de Stanford, declaraba en Madrid lo siguiente: “España va a sufrir mucho si no empieza a innovar”; e “innovar no es otra cosa que producir y poner en práctica con incidencia social y/o económica, nuevo conocimiento; es la capacidad para generar y aplicar conocimiento que incremente la productividad, eficiencia y efectividad de una comunidad u organización, permitiéndole alcanzar sus objetivos o incrementar su bienestar”, como tantas veces ha señalado otro amigo de este periódico, el profesor venezolano, Jesús Peña Cedillo.
         En los países de la OCDE, entre el 70 y el 90% de los trabajadores en activo, lo hace en pequeñas y medianas empresas (PYMES). Mejorar la capacidad científico-tecnológica de las PYMES es contribuir positivamente a bajar el paro en España. Portales especializados indican cifras abrumadoras de fracaso de las PYMES. Nuestro trabajo como investigadores es hacer ciencia básica que amplíe los horizontes del conocimiento, pero también colaborar con estas PYMES para que sean viables en un mundo altamente competitivo, única vía de crear empleo.
         La destrucción del sistema de Ciencia en España no sólo supondrá paro para los investigadores que se han formado tras un largo, duro y costoso proceso sino que impedirá que las empresas españolas tengan mejores posibilidades científico-técnicas para competir en un mundo donde la Ciencia se ha convertido en el principal motor de la economía productiva y en el que el diseño y fabricación de las manufacturas implican procesos cada vez más innovadores. El bienestar de la sociedad española no será posible si, entre otras cosas, la brecha tecnológica entre nuestro país y el mundo desarrollado se acrecienta.
         La investigación no es un lujo “asiático” del que pueda prescindirse en momentos de crisis económica, sino por el contrario, un medio para salir de ella. La ciencia es el motor del conocimiento y de la economía. No invertir en ciencia es condenar a las generaciones futuras a la ignorancia y al desempleo.
         Echemos una mirada a lo que están haciendo los gobiernos de izquierdas, como el ecuatoriano, lanzando ambiciosos planes de formación de científicos y de planes estratégicos para ir disminuyendo su dependencia de economías y empresas extranjeras, altamente cualificadas en el terreno científico-tecnológico;  garantizando de este modo un futuro de soberanía y bienestar para sus ciudadanos y ciudadanas.
         Desde mi punto de vista, nuestra obligación como investigadores es ser útiles a nuestras gentes, a nuestro país y a la construcción de un mundo posible que supere las contradicciones, explotaciones y estragos del capitalismo depredador.

Roete Rojo

El Otro País de Este Mundo

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