GRANADA POR LA CIENCIA
Y LA
INVESTIGACIÓN
(Entrevista al profesor e investigador Roque Hidalgo
Álvarez, para “El Otro País de Este Mundo)
El día 10 de Octubre se celebraba en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada
(UGR), un acto convocado por 13 de los mejores investigadores e investigadoras
de la UGR y del
Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); con el objetivo de
denunciar la suicida política de recortes del actual gobierno del Estado
español, así como para plantear la necesidad de potenciar la Ciencia y la Investigación como
promotoras del desarrollo social y económico de cualquier país, y más en estos
momentos de crisis.
P. ¿Qué motivos les han llevado a promover el acto del
día 10 de octubre?
R. Creo que
aportando algunos datos se podrán entender nuestros motivos. Decir que si la
participación de los Presupuestos Generales del Estado en I+D+i (Investigación,
Desarrollo e Innovación), en el año 2009, era de más de 4000 millones de euros,
dicha participación pública se ha reducido en un 40%, para 2012, situándose en
unos 2400 millones. Se trata de una disminución brutal que ya ha generado
múltiples consecuencias negativas; entre ellas: la expulsión de investigadores
del más alto nivel, formados durante años, un auténtico destierro. Hoy se ha
hecho pública la cifra de que de cada 10 jóvenes españoles que han emigrado, 9
son titulados universitarios; de ellos, un porcentaje importante, como confirmó
la intervención del investigador del CSIC, Rafael Garrido, son investigadores
de alto nivel; la paralización de líneas de investigación que costaron muchos
recursos y décadas en instalarse; la no contratación de jóvenes que pudieran
incorporarse como becarios; menos proyectos de investigación… ¡Un auténtico
desastre! Al que se ha sumado la acción de la Junta de Andalucía generando más caos aún,
sacando nuevas convocatorias de becas y proyectos sin haber resuelto los de
convocatorias anteriores.
Estos
políticos neoliberales no quieren enterarse de que el desarrollo de la Ciencia no se puede
paralizar como si de la construcción de un edificio se tratase, y continuarla
pasado un tiempo. En Ciencia no puede existir la relajación pues se pierde el
sentido de lo que se está haciendo e inmediatamente se es superado por el vecino
de al lado. En Ciencia no se pueden “retomar” las obras. No hay salida a la
crisis si sigue aumentando la brecha tecnológica y las políticas de recortes en
I+D+i son, más que una brecha, una distancia oceánica.
Ni
como trabajadores, ni como ciudadanos, ni como servidores públicos podemos
permanecer callados e impasibles. La agresión está siendo de tales dimensiones
que también la necesidad y la autodefensa han estado presentes en la
convocatoria del día 10, así como en las acciones posteriores en las que
estamos comprometidos. Como dijo el profesor Miguel Losada, en el acto del día
10, “Hay que volver a las luchas de los años 70” .
P. ¿Es este un problema endémico en la historia de
España?
Por desgracia, SÍ. Sobre este
tema basó su intervención el profesor Pedro Luis Mateo, quien nos explicó cómo
las clases dominantes en nuestro país siempre habían estado al margen del
desarrollo científico; lo cual significó históricamente atraso social, cultural
y humano para las grandes mayorías. La acumulación capitalista española nunca
necesitó de la Ciencia ,
sustentada como estuvo siempre en clases parasitarias y en sus dos poderosos
aparatos de Estado, Iglesia e Ejército. Fue el modelo de “El Dorado”, que se
hundió con carácter definitivo en 1898. Como Pedro Luis subrayó, hemos estado
enfrentados a todas las revoluciones que se produjeron en nuestro entorno.
Ahora, ante la Revolución
del Siglo XXI, que viene de la mano de la nanociencia y la nanotecnología, que
tantas aplicaciones tienen en campos como la biomedicina o la energía, también
nos sitúan de espaldas.
En un período de nuestra historia más reciente las cosas
fueron de otra manera. Gracias a la concesión del Premio Nobel de
Medicina a D. Santiago Ramón y Cajal, en 1906, se creo un año después, la Junta de Ampliación de
Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), organismo autónomo encargado de
promover la investigación y la educación científica. Inspirada en la Institución Libre
de Enseñanza, supuso un gran impulso en el desarrollo científico que llegó hasta
la II República ,
la cual siguió, en el escaso tiempo del que dispuso (incluidos los años de la
guerra) comprometida con esta estrategia; poniendo el pie que faltaba al
desarrollar un ambicioso plan de escolarización masiva y al separar la Iglesia del Estado. Es lo
que se conoce como “la Edad
de Plata” de la ciencia en España, sobre
la cual he tenido el honor de escribir varios artículos en El Otro País.
Ahora,
por contrario, los esfuerzos que el contribuyente ha realizado en los últimos
30/40 años, para que existiera un sistema de ciencia homologable a los países
de nuestro entorno, pueden resultar baldíos si en los próximos Presupuestos
Generales del Estado no se incrementan significativamente las partidas para
I+D+i.
P. ¿Qué explicación puede darse a la actual política
de recortes del gobierno del Partido Popular?
Resaltaría dos elementos: el
primero, el marco global de recortes en todos los sectores públicos de mayor
interés social, como educación, sanidad, pensiones, derechos laborales, etc.
Una política de rapiña para extraer de la clase trabajadora y de otros sectores
populares el monto de la deuda contraída por el capital especulativo y los
bancos. La segunda: que el Gobierno tiene un modelo económico, que comienza a
fraguarse durante la llamada Transición Política, dependiente y subalterno.
¿Para qué investigar o innovar si ese papel corresponde a Alemania o a Francia?
A nosotros nos tocó el sol en el reparto; el “ladrillo” sólo fue una coyuntura
transitoria urgida por el lavado de capitales y la liberalización especulativa
que permitieron las políticas de los distintos gobiernos de España.
Todo
está relacionado: la reforma educativa del ministro Wert es un todo, que
apesta, pero que no deja de tener su coherencia de clase. Los niveles básicos
para generar una mano de obra masiva no cualificada, que no pueda competir con
los vástagos de las clases dominantes, que se formarán en instituciones
clasistas costeadas con fondos públicos; y la educación superior, para dicha
minoría.
P. ¿La salida a la crisis está vinculada a la
promoción de la Ciencia
y la Investigación
o éstas son un “lujo asiático”?
En el año 2005, el profesor
Nathan Rosenberg, de la
Universidad de Stanford, declaraba en Madrid lo siguiente:
“España va a sufrir mucho si no empieza a innovar”; e “innovar no es otra cosa
que producir y poner en práctica con incidencia social y/o económica, nuevo
conocimiento; es la capacidad para generar y aplicar conocimiento que
incremente la productividad, eficiencia y efectividad de una comunidad u organización,
permitiéndole alcanzar sus objetivos o incrementar su bienestar”, como tantas
veces ha señalado otro amigo de este periódico, el profesor venezolano, Jesús
Peña Cedillo.
En los países de la
OCDE , entre el 70 y el 90% de los trabajadores en activo, lo
hace en pequeñas y medianas empresas (PYMES). Mejorar la capacidad
científico-tecnológica de las PYMES es contribuir positivamente a bajar el paro
en España. Portales especializados indican cifras abrumadoras de fracaso de las
PYMES. Nuestro trabajo como investigadores es hacer ciencia básica que amplíe
los horizontes del conocimiento, pero también colaborar con estas PYMES para
que sean viables en un mundo altamente competitivo, única vía de crear empleo.
La destrucción del sistema de Ciencia en España no sólo
supondrá paro para los investigadores que se han formado tras un largo, duro y
costoso proceso sino que impedirá que las empresas españolas tengan mejores
posibilidades científico-técnicas para competir en un mundo donde la Ciencia se ha convertido
en el principal motor de la economía productiva y en el que el diseño y
fabricación de las manufacturas implican procesos cada vez más innovadores. El
bienestar de la sociedad española no será posible si, entre otras cosas, la
brecha tecnológica entre nuestro país y el mundo desarrollado se acrecienta.
La investigación no es un lujo “asiático” del que pueda
prescindirse en momentos de crisis económica, sino por el contrario, un medio
para salir de ella. La ciencia es el motor del conocimiento y de la economía.
No invertir en ciencia es condenar a las generaciones futuras a la ignorancia y
al desempleo.
Echemos una mirada a lo que están haciendo los gobiernos de
izquierdas, como el ecuatoriano, lanzando ambiciosos planes de formación de
científicos y de planes estratégicos para ir disminuyendo su dependencia de
economías y empresas extranjeras, altamente cualificadas en el terreno
científico-tecnológico; garantizando de
este modo un futuro de soberanía y bienestar para sus ciudadanos y ciudadanas.
Desde mi punto de vista, nuestra obligación como
investigadores es ser útiles a nuestras gentes, a nuestro país y a la
construcción de un mundo posible que supere las contradicciones, explotaciones
y estragos del capitalismo depredador.
Roete Rojo
El Otro País de Este Mundo
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