sábado, 21 de enero de 2012

Desde la narrativa, digo

       Me reconozco aturdida por las exigencias del blog. Percibo que para el “público de la gente” (expresión flamenca que no deja de hacerme gracia), se trata de una especie de diario. Yo me empeño en vivirlo como si fuera un “tabloide”, un periódico grande, que tiene portada, secciones, páginas centrales y contraportada. Para mi es un periódico, una revista en la que puedo escribir con libertad. Ya Inma me ha dicho mil veces que me olvide de esas deformaciones profesionales, ¡que un blog es un blog! Cuando me lo aclara, una y otra vez por teléfono, seguro se me pone cara de pan mientras ella se reprime para no gritarme que soy subnormal profunda.
          También recibo presiones domésticas, sobre todo protagonizadas por  mi “mascota” (este detalle podría ser argumento de un cuento que dejaremos para mejor ocasión). Presiones para que actualice a diario el blog, para que cuelgue esta o la otra cosa que escribí hace tiempo, etc.; como si el día tuviera cien horas y yo no tuviera otra cosa que hacer.
          Para atender a unos y a otros, inicio la etiqueta “Palabras desde la Narrativa”, con el cuento titulado, “La abuela Adela”.
          En esta etiqueta se podrán leer cuentos escritos en distintas épocas y también, lo que yo denomino, “cortos”, que son como exabruptos breves, ataques de rabia, momentos de pasión, instantes de alegría desbordada, melancolías y solidaridades. Todos con el denominador común del sarcasmo y la ternura.
          Llevan razón los que afirman que lo mío es la prosa. Mas yo, siempre contestataria, les increpo que se toquen las narices (hoy me levanté muy educada pues en condiciones normales la expresión  habría sido, “que se toquen los cojones”), puesto que gran parte de mi prosa entra dentro de los cánones de la prosa poética.
          Los cuentos y cortos que se vayan publicando (¡me niego a seguir utilizando la expresión “volcando”! pues no soy propietaria de una empresa de derribos), no tendrán en ocasiones la fecha en que fueron escritos ya que en su día no se me ocurrió que fuera importante.
Envueltos en hipérboles, metáforas  y fantasías, muchos contienen a todas luces partes fundamentales y sensibles de mi vida; otros, no, pues no me importa reconocer que fueron escritos por encargo; no piensen en encargos comerciales, sino de carácter solidario y colectivo.
Bastantes tienen como objetivo preservar a través de estos estilos literarios la grandeza y memoria de los derrotados. No resulta difícil entenderlo puesto que pertenezco a una familia  cuyos miembros vivieron los acontecimientos que convulsionaron a España y al mundo durante los años 30, posicionados con los trabajadores y sus familias, fueron anticlericales consecuentes, defensores de la legalidad republicana; protagonistas de la explosión democrática que supuso la proclamación de la II República Española, el 14 de abril de 1931; y luchadores antifascistas con todas sus consecuencias.
          Como dice el dicho, “Bienaventurados los que a los suyos se parecen”.

          Desde la Ciudad del Desamparo, a 18 de enero de 2012
          Roete Rojo

2 comentarios:

  1. Querido Roete Rojo:En realidad se denominan,según me enseñó Juan Ramos, 'sueltos',no sé si le apetecerá cambiar de sustantivo a sus escritos 'cortos'.Ya le advertí que el blog 'engancha' y que hay que tomarlo con tranquilidad.Con respecto a su 'mascota' le recomiendo siga con los capítulos de César Millán para paliar ese ensimismamiento que padece.Besos y más

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  2. Tomatelo con muchisssima calma y trankilidad y si tu "mascota" es kien estoy seguro ke es mi humildisima opinion es ke debes mandarlo( cariñosamente) al mismisimo carajo y decirle ke escriba el... no permitas ke, como tu dices esto, ke al fin y al cabo es un diario colgado a la puerta de la calle, te acogote y no te deje vivir...

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