(Entrevista
al doctor Jesús Peña Cedilla, profesor de la Universidad Simón Bolívar de
Venezuela, para El Otro País de Este Mundo)
P.-
La última arremetida contra el gobierno de la República Bolivariana de
Venezuela afirma que los poderes públicos, en concreto el Consejo Nacional
Electoral, obstaculizan la realización del Referéndum Revocatorio contra el
Presidente Maduro. Con la Constitución y la Ley Electoral en la mano, ¿qué está
ocurriendo?
R.- El referéndum revocatorio es de los mayores avances democráticos
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Aquellos que desde el exterior exigen su
aplicación saltándose todos los requerimientos, mucho bien harían a sus pueblos
si incorporaran dicho mecanismo en las constituciones de sus países. Seguro que
jamás se atreverán.
Un referéndum
con esos alcances es un procedimiento extremadamente serio. La oposición lo desmereció con innumerables irregularidades de
tramitación, convirtiéndolo todo en un formidable fraude (suplantación de
identidad, firmas de muertos, firmas planas, etc.). Sin necesidad alguna, si en
verdad querían el revocatorio: sólo precisaban recolectar unas cuatrocientas
mil adhesiones.
Al presidente
Maduro y a las personas que les robaron su identidad les ampara también la ley.
Esas irregularidades y delitos han sido abordados por los tribunales luego de
las denuncias de los afectados. Estamos en presencia del funcionamiento del Estado
de Derecho y de poderes independientes. Igual sucedió cuando el revocatorio
contra Chávez.
Nos encontramos
ante una suspensión temporal del procedimiento hasta que se produzca la
corrección de las irregularidades y se resuelvan los temas penales. Luego
vendría la recolección de las firmas del veinte por ciento del padrón electoral.
Todo está bastante claro desde lo legal e institucional, pero es evidente que
la agenda opositora es otra.
Nunca el sector
opositor ha estado interesado en una salida electoral y pacífica. Iniciaron el
proceso revocatorio con tres meses de retraso, amañaron a conciencia la primera
recolección de firmas. Buscan propiciar condiciones para un enfrentamiento
violento que les abra las puertas del poder sin restricciones democráticas ni
constitucionales, única manera de acabar de raíz, a sangre y fuego (a
la manera Pinochet), con el chavismo. No buscan un cambio de gobierno, buscan
extirpar una cultura, una fuerza interiorizada en el pueblo venezolano; dejando
claro urbi et orbi lo que le sucederá
a quien ose transitar caminos de auténtica transformación.
No se trata
tampoco de la estrategia del golpe parlamentario (aunque intenten simularla),
porque ni la constitución venezolana lo permite, ni tendrían la complicidad de
otros poderes institucionales. Lo que procura la oposición -y lo hace a
conciencia- es una salida inconstitucional, violenta y sin posibilidad de
vuelta atrás. El revocatorio, la enmienda, la nacionalidad del Presidente, el
juicio parlamentario, etc., son tácticas implementadas durante 2016 para
construir las condiciones para la violencia y el golpe duro.
P.-
Sabemos que la guerra económica contra el pueblo sigue activada, junto a la
aparición de “focos” de violencia fascista en algunos puntos del país. ¿Cuál
está siendo la contestación del pueblo de Venezuela.
R.- Debo dejar
claro que Venezuela sigue siendo en lo fundamental un país que vive en paz: la
gente hace su vida cotidiana trabajando, conviviendo en familia, adelantando
proyectos, saliendo de vacaciones, o
celebrando la navidad. etc. Pero es evidente que los ataques contra el país
siguen produciendo efectos perversos en el acceso a algunos productos de alta necesidad.
Todas las semanas, los venezolanos debemos hacer alguna cola para adquirir algún
bien indispensable a precio subsidiado; lejos de la caricatura de una crisis
humanitaria. Es lo que desearían, pero no lo han logrado.
Seguimos
entrampados en una guerra que no sólo es económica sino multidimensional, lo
cual reclama soluciones de tipo estructural, no de corto plazo: acabar con el
rentismo petrolero es lo básico, pero lo esencial es construir una sociedad
distinta (en lo económico productivo, en la distribución del poder y la
propiedad, en el sustrato de valores…), con balances muy alejados de los
heredados de la IV República que prevalecen.
Uno de nuestros
errores estratégicos es no haber abordado esas tareas con la fuerza, el rigor y
los controles necesarios desde los primeros años de la revolución. Lo que se
hizo fue al mismo tiempo mucho y poco, y cometimos errores en el manejo de los
recursos destinados al cambio estratégico.
Sufrimos un abrazo
fuerte del capitalismo que dejamos sin tocar. El capital controla buena parte
del tejido económico y cultural. Un inmenso portón abierto para la agresión
unificada del capitalismo como sistema, apoyado en acciones conscientes de la oligarquía
nacional y extranjera. Las batallas cruciales
se están dando por el control estatal y social de los circuitos de distribución
y comercialización. En términos estratégicos la guerra se ganará en el espacio
de la producción y la propiedad. Las señales de que algo se avanza en estos terrenos son cada vez mayores, pero
estamos lejos de poder cantar victoria.
Resaltaría la
mínima rentabilidad que ha significado esta guerra para los opositores. Lo
ocurrido en las elecciones parlamentarias del 2015 (crecimiento vegetativo de
la derecha y abstención de dos millones de chavistas) se ha reflejado en los
intentos infructuosos de la contrarrevolución de darnos jaque mate a finales de
2016: la toma de Caracas en septiembre
(una parte mínima del este opulento); la
toma de Venezuela en octubre, más de
lo mismo; el paro general del 28-10,
un fiasco absoluto y la toma de
Miraflores del 3-11 tuvieron que evitarla; el diálogo propuesto por el
presidente Maduro les cayó como agua bendita para anunciar una suspensión
honrosa.
Los
acontecimientos posteriores (intento de juicio presidencial, retractación de la
Asamblea Nacional en su desacato al Tribunal Supremo, sentarse regañados en las
mesas de diálogo y la avalancha de insultos que entre ellos se han lanzado, les
obliga a postergar las tentativas para 2017.
P.- Las oligarquías de ambos lados del
Atlántico siguen empeñadas en aislar a Venezuela, poniéndole trabas en
MERCOSUR, promoviendo “resoluciones” fuera del país, o con declaraciones
contrarias en la última Cumbre Iberoamericana celebrada. ¿Qué opinión le merece
la actividad desarrollada por la Canciller Delcy Rodríguez
R.- El terreno
internacional siempre ha sido un campo de batalla duro, más tras la pérdida de
Chávez. Las derrotas sufridas en Argentina y Brasil, la claudicación de
Uruguay… nos han puesto en la práctica fuera de Mercosur. La actuación de
Almagro en la OEA ha hecho mucho daño. Pero ninguno de esos movimientos ha
tenido eficacia.
El diálogo para
la convivencia pacífica propuesto por el gobierno ha logrado sobreponerse a las
estrategias injerencistas. Esos escenarios tendrían que empeorar muchísimo para
jugar algún papel en la reactivación de la violencia política en el país. La batuta
de la oposición siempre la tendrán los Estados Unidos; sigue vigente el decreto
de Obama, señalándonos como una ‘amenaza extraordinaria’ para esa potencia. La
victoria de Trump –y más todavía, la derrota de la Clinton- ha dejadon a la
derecha con los planes aparcados (hasta nuevas órdenes).
La Canciller Delcy
Rodríguez ha demostrado ser una gran líder. Un cuadro de la revolución puesto a
prueba, sometida a todo tipo de ataques (incluidos los de corte machista). Sus
más recientes logros han sido la transferencia efectiva a Venezuela de la
Presidencia de los No Alineados (Cumbre realizada sin inconveniente alguno en
Margarita en pleno delirio opositor) y la muy honrosa presentación anual del
país ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (un orgullo ver una
delegación de puras mujeres defendiendo exitosamente a nuestra patria). La
Canciller ha demostrado que en los espacios globales seguimos obteniendo
victorias y que el discurso opositor sigue siendo ineficaz. Otra cosa son las
acciones de los gobiernos derechistas latinoamericanos (y de España), que
alimentan las mentiras de los medios globales, empedernidos tergiversadores y
encubridores de los verdaderos hechos.
P.- Fracasada la Huelga General y los
intentos de “tomar Miraflores”, ¿cómo crees que se comportará la oposición
fascista en el futuro?
R.- Sus
fracasos recientes la han puesto al borde del colapso. Tuvo que venir un
enviado del norte (Shannon) para evitar la división abierta. Más temprano que tarde abandonarán el diálogo
y volverán con su agenda desestabilizadora y violenta en el marco de la guerra
generalizada que sufre nuestro país.
Los procesos
electorales inminentes volverán a tensionarla por el poder, pero la mano de
Shannon siempre estará para reordenar el rebaño.
El marco institucional
de cinco Poderes Públicos (más el Poder Popular) que construyó Chávez ha
resistido extraordinariamente los intentos desestabilizadores centrados en el dominio
opositor de la Asamblea Nacional (además de la torpeza de sus conjuras): la AN
ha cerrado el año subordinándose al Tribunal Supremo de Justicia al retractarse
por el desacato cometido al incorporar ilegalmente a varios diputados. Pero sus
intentos de generar conflictos se reactivaran en 2017. Veremos mucha tensión en
torno a la renovación del Poder Electoral, pero creo que saldremos bien de estos
procedimientos institucionales.
Más difícil la
tendremos en los próximos procesos electorales si no logramos avances
definitivos en el terreno económico cotidiano. La abstención de nuestra base
social le seguirá transfiriendo poder a la derecha; esta vez poder local y
regional. Una perspectiva más peligrosa que la vivida este año con una Asamblea
Nacional en manos opositoras.
P.
¿En qué elementos situaría las debilidades y fortalezas del proceso bolivariano hoy?
R.- Hasta ahora el
mejoramiento de la situación económica es muy pequeño y la sustentabilidad de nuestras
medidas está por verse. Los opositores insisten
en sabotear la producción y el suministro de todo tipo de bienes y servicios, la moneda nacional y la psicología del
venezolano. Nuestra contraofensiva, centrada en los Comités de Abastecimiento y
Producción (CLAP), muestra demasiada improvisación. Se requiere más audacia en
el tema de la unificación cambiaria (pasando del subsidio de productos al apoyo
directo a las familias y comunidades, algo ya prefigurado en las tarjetas de
alimentación y en la defensa continua del salario), el poder popular (integrado
en los CLAP) debe ser todavía más empoderado, y no se ven suficientes progresos en el castigo
a la corrupción
Nuestra principal fortaleza en el
terreno político es la creciente restauración de la moral del chavismo. Somos la única fuerza con un proyecto de país aceptado por
la mayoría de los venezolanos (incluso por muchos que no votan al chavismo). Estamos
movilizados en la calle y hemos recuperado la disposición al combate, mientras la
derecha decepciona al mostrarse inepta y enceguecida, y, ahora, más desmoralizada
y dividida que nunca. Las estrategias defensivas frente a la guerra se están
transformando en ofensivas (dejando un saldo organizativo y de conciencia
creciente) y, para bien y para mal, el año próximo se prevé una mejora
sustancial en el precio del petróleo.
P.-
El Gobierno de Venezuela, desde los tiempos de Chávez, ha llamado al diálogo y
a la negociación política de manera sincera, chocando con la irracionalidad de
la oposición fascistizada y de los grandes grupos económicos en el país.
¿Esperas algo positivo de la nueva iniciativa?
R.- Cosas positivas
ya se han dado en el marco de esa iniciativa.
Se reafirmó que
la posición pacífica del gobierno revolucionario es de principios, que eso no
se contradice con poseer una Fuerza Armada reafirmada como pilar para el
mantenimiento de la convivencia entre los venezolanos, y que dialogar no tiene
que ver con renuncias o capitulaciones.
Se desactivó
para el 2016 la agenda violenta y los planes de golpe en todas sus variantes. No
dudamos que se reactivarán el año próximo, pero con el fardo de esta nueva
derrota encima.
Se dividió
todavía más la derecha, con los fascistas de Leopoldo López y María Corina
Machado más aislados (y encolerizados) que nunca. Pero todas las facciones sin mayor
respaldo violento de calle.
No se pueden
esperar resultados de reconciliación y convivencia de largo plazo con la
oposición fascista venezolana. Nunca abandonará sus propósitos de asaltar violentamente
el poder; pero la estrategia del diálogo –además de detenerlos- les ha agregado
el coste político que tendrán que pagar cuando decidan (y así lo harán) levantarse
de la mesa.
P.-
Tengo que reconocer, profesor Peña, que estoy espantada de leer la opinión de
la extrema izquierda en Venezuela y fuera de ella, que sus planteamientos se
acerquen cada día más a los de la oposición fascistizada, ¿cómo interpreta este
fenómeno?
R.- Cierto. Uno se
sorprende y piensa que se trata de anomalías inexplicables, pero cuando se
revisan otras historias, cercanas y lejanas, se descubre que ese ha sido el
destino de los afectados por lo que Lenin llamó ‘enfermedad infantil del
izquierdismo’.
Vemos los
lamentables posicionamientos de figuras antes chavistas que admirábamos. Podría
decir que no los entiendo, pero no es así. Todo se explica por una combinación
de diferencias reales acerca de táctica
y estrategia (casi nunca el principal factor), viejos odios personales, desprecios
clasistas enmascarados, despechos burocráticos, apetencias desmedidas, egos heridos
y –el disparador de todo- mal cálculo político sobre la inminente caída del
gobierno. Un oportunismo de poca monta alimentado por nuestra abismal deuda con
la formación ideológica, no solo del ciudadano común, sino de mucha dirigencia;
lo que permite la llegada de farsantes a altos puestos de dirección.
Sin meterlo en
el saco de los traidores, sirva de ejemplo lo sucedido con el actual Ministro
de Cultura, un joven empeñado en ejercer bien sus funciones. Éste comunicaba en
rueda de prensa que (con asesores de la península, por cierto) iba a lanzar la
‘Marca Venezuela’, como su proyecto estrella desde el Ministerio… poco de
cambio profundo de la sociedad y de conciencia acerca de la batalla en la que
nos encontramos, se puede derivar de dicha consigna. Que el capitalismo convierte
todo en mercancía lo sabemos, pero que esas dinámicas las impulse el Ministerio de Cultura de un
gobierno que aspira a construir el socialismo son palabras mayores. La campaña
se retiró; solo lo muestro como ejemplo de lo que para mí es una falla
‘tectónica’ en esta revolución.
Las vicisitudes
de la actual coyuntura, cuando la extrema derecha se desnudó completica
abandonando con descaro sus falsas pretensiones de un revocatorio contra Maduro,
han dejado íngrimos y solos con esa consigna de la derecha a los ultraizquierdistas
de todo pelaje que se sumaron a ella a última hora. ¡Ahora solo Marea
Socialista, el sindicato UNETE y unos pocos ex-ministros (Navarro, Álvarez,
Osorio. Márquez…), piden revocatorio!, dejando de considerar los extremos legales
y constitucionales y despreciando irresponsablemente las consecuencias de calado
político, económico y de convivencia contra el pueblo venezolano que vendrían
aparejadas con la sola convocatoria irregular del procedimiento y en las condiciones
de asedio que actualmente sufrimos. Una verdadera vergüenza.
Roete Rojo
Excelente.
ResponderEliminarSaludos
Ana María.
SAN ANT ALT
Hola, Ana María, ¿Como va todo? Por aquí con mucho frío. Esta mañana salí a caminar a -2º. Un abrazo, desde la ciudad del desamparo,
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