(Escrito para el Otro País de
Este Mundo)
Arrecia la campaña de los medios contra la República Bolivariana
de Venezuela. “Nada nuevo sobre el mapa”, podríamos decir; la agresión es “tan
vieja como el hambre”, expresión que escuché a mis mayores repetir. Sin embargo
la nueva arremetida tiene un componente que la hace más indigna y peligrosa que
en otras ocasiones puesto que se da en el contexto de la declaración del
Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, a través de la palabra directa
de su Presidente, el negro-blanco, Premio Nobel de la Paz (de los cementerios), de
que Venezuela es una amenaza para la seguridad del país más poderoso de la
tierra.
La reacción del imperio USA hay que
entenderla en el marco del fracaso de la última intentona golpista para
derrocar al legítimo Gobierno que preside Nicolás Maduro Moros. Como tantas
veces hemos escrito, la oposición fascista venezolana lo ha intentado todo,
menos la vía democrática, para derrocar a los gobiernos legítimos que, desde
1999, inician la transformación del país mediante la llamada “vía bolivariana”.
Los instrumentos son de sobra
conocidos: violencia callejera promovida por sicarios con secuela de muertos,
guerra económica contra el pueblo, campañas de terror psicológico a través de
los medios controlados por la oligarquía y, ahora, a través de las redes
sociales; asesinatos selectivos de dirigentes revolucionarios, intentos de
golpe de Estado en colaboración con sectores procedentes de las Fuerzas
Armadas, etc. Instrumentos que a veces se alternan, otras veces se suceden y
algunas otras se desarrollan al mismo tiempo, siempre tutelados y apoyados por
la embajada de los EE.UU. en Venezuela y el uribismo colombiano, su aliado más
criminal en el área. No olvidemos que el objetivo último, dados los fracasos
permanentes de la oposición, no es otro que justificar una intervención
militar.
El último intento de golpe ha sido
denominado por sus protagonistas como “La Salida ”, pero, como en otras ocasiones, el tiro
les ha salido por la culata.
En la última arremetida, por fin, pues
la paciencia del pueblo también tiene sus límites, algunos responsables del
fallido golpe de Estado, pillados “in fraganti”, que repetía en muchas de sus matrices al de
2002 contra el Presidente Chávez, han sido detenidos. Evito escribir sus
nombres pues ya son más que conocidos por la opinión pública española gracias a
que los medios no han dejado de publicitarlos y hecho de ellos auténticos
“mártires” de la libertad; campaña en la que también ha colaborado Podemos con
su cobarde expresión, “No me gusta que detengan a un alcalde en ningún lugar
del mundo”, que han ido repitiendo sus representantes.
La campaña internacional se ha sucedido
con un plan bien meditado, uniendo circunstancias que se producían en la República Bolivariana
de Venezuela y manteniendo la tensión periódica en los medios e instituciones
españoles. En la campaña difamatoria y de agitación política han intervenido
también los partidos políticos, a través de sus representantes en el Parlamento
Europeo, llevando una resolución contra Venezuela, aprobada a principios de
marzo y que ha contado con el voto en contra, entre otros, de Izquierda Unida y
Podemos; esta última fuerza habrá llegado a la conclusión de que el bajo
impacto de lo que ocurra en el Parlamento Europeo no se traduciría en pérdida de
votos, que parece ser su única preocupación estratégica.
Ni siquiera la irrupción en escena de
un personaje como Felipe González se sale de los guiones anteriores. En cada
coyuntura crítica aparece algún descerebrado que actúa como vocero de la
oligarquía fascista venezolana: José María Aznar, el superjuez-Garzón, Iñaki
Anasagasti…; procedentes de distintas “tradiciones” ideológicas tienen en común
su odio de clase hacia la Revolución
Bolivariana.
¡Venezuela se respeta!
El
Gobierno venezolano y sus legítimas instituciones han respondido con una
contundente batalla interna y externa que sigue en pie; movilizando a las
organizaciones populares, políticas, comunales, milicias, etc. Millones de
ciudadanos y ciudadanas participan en las mismas. Todas las movilizaciones
exigen que Barak Obama retire el Decreto Presidencial y deje de intervenir en
los asuntos internos; la exigencia de que se respeten la soberanía y la
independencia de un país y un pueblo en el que se han materializado las
aspiraciones libertarias acumuladas desde siglos y no está dispuesto a
doblegarse.
A fecha de hoy, 4 de abril, la campaña interna de recogida de firmas
supera los 4 millones. El Consejo Nacional Electoral será el encargado de
auditarlas y certificarlas. Serán entregadas al Presidente de los Estados
Unidos de Norteamérica, en la
VII Cumbre de las Américas que se celebrará en Panamá durante
los días 10 y 11 de abril.
No descansa el compromiso del pueblo venezolano
en estos días en que celebran la Semana
Santa. En multitud de localidades las gentes han vestido de
“Judas” a los personajes de la última trama golpista, que han sido quemados,
según la tradición popular.
En el plano internacional la defensa de
Venezuela se viene desarrollando en dos planos que son complementarios: el
primero, el esfuerzo diplomático para conseguir el pronunciamiento del mayor
número de gobiernos y países del mundo frente a la agresión imperialista; el
segundo, las actividades desarrolladas por el movimiento de solidaridad
antiimperialista.
Estos gringos de mierda no quieren
entender que América Latina dejó de ser su patio trasero hace tiempo. La
IV Cumbre , celebrada en 2005, en Mar del
Plata (Argentina), fue el escenario del hundimiento del Tratado de Libre
Comercio (ALCA), en las propias narices de Bush, quien abandonó airado la
reunión sin entender la posición contraria de aquellos negros, indios y macacos
que hoy son gobierno en muchos países del área y que se atrevieron a decirle
“NO”.
Venezuela no está sola. El papel que ha
jugado en la consolidación de espacios de integración regional, su defensa
efectiva de un mundo multipolar y su prestigio internacional han hecho posible
la inmediata reacción de la
CELAC , MERCOSUR, ALBA, GRUPO 77+CHINA, etc.
A estas alturas, la subsecretaria de
Estado de los EE.UU., Roberta Jacobson, admite sentirse “decepcionada” por la
reacción y el amplio apoyo de los países latinoamericanos contra las acciones
adoptadas por el Presidente de su país. Dijo además que Estados Unidos no
pretende hacer de la Cumbre
de las Américas un espacio en el que la situación de Venezuela sea el tema
protagonista…¡Se las ven venir!
Cinco millones de mensajes, enviados
desde todas las partes del mundo, exigen a través de Twitter a Barak Obama que
retire el Decreto.
Los acontecimientos siguen “en pleno
desarrollo”, que diría el periodista uruguayo-venezolano, Walter Martínez, en
su programa de VTV y TeleSur, Dossier. Nuestros medios criminales y sus
cómplices, nada dicen; aumentando así la impresión entre nuestra ciudadanía de
que el mundo-mundial condena a la “dictadura venezolana” y que ésta, gracias a
nuestra honrosa participación, está aislada y a punto de caer.
Más de quince años al pie del
cañón
Como
si de un mal sueño se tratara puedo abrir la carpeta en la que tenemos
reseñadas las actividades realizadas por la Plataforma Simón
Bolívar de Granada y llegar a la conclusión de que estamos en el año 2001.
En
aquel entonces recortábamos noticias sobre Venezuela que aparecían en los
medios escritos españoles. Dividíamos un folio doble (A-3) en dos partes, a la
izquierda situábamos como titular “Lo que nos dicen” y, a la derecha, “Lo que
ocurre”. Hacíamos cientos de fotocopias que eran pegadas en todas las
Facultades de la
Universidad de Granada, en los lugares de reunión de los y
las estudiantes, en los sindicatos, asociaciones, paradas de autobuses, etc.
Por
desgracia, sólo con cambiar la fecha de edición de los diarios, esos carteles
podríamos pegarlos cualquier día de esta semana… o de la próxima…como si el
tiempo se hubiese detenido.
En
realidad lo que se ha detenido, e incluso retrotraído, es el pensamiento de
izquierdas, así como sus posibles organizaciones políticas.
Ningún
pensamiento, ninguna campaña de contrainformación puede articularse en el
vacío. Por contrario necesita de organizaciones que, más pequeñas o grandes,
puedan servir de vehículo de transporte que las materialicen en una base social
más amplia. Al menos así nos educamos los militantes antifascistas.
Hay
quienes me podrían contestar que ahora están las “redes sociales”. Nada tengo
contra ellas. El problema es que, en demasiadas ocasiones, a través de dichas
redes lo único que conseguimos es difundir un posicionamiento entre los
sectores que ya tienen esa posición.
Entender lo que está ocurriendo en la República Bolivariana
de Venezuela debiera de resultarnos fácil si la “Transacción Política” española
no hubiese cerrado a cal y canto la memoria histórica de los pueblos de España.
Este es uno de los mayores obstáculos que encuentra el movimiento de
solidaridad antiimperialista para desarrollar su trabajo: una doble pedagogía
que necesita explicar qué pasó aquí para abrir las puertas a entender qué está
pasando ahora en Venezuela; para entender, como dice el lema de la campaña
internacional de solidaridad, “que Venezuela es nuestra esperanza”
Durante los años que duró la Guerra de Vietnam, la lucha
del pueblo vietnamita fue nuestra lucha; su victoria fue celebrada como nuestra
propia victoria. Cuando el golpe contra el Gobierno de la Unidad Popular en Chile,
estando nosotros en plena dictadura fascista, participamos del dolor como si la
herida la hubiésemos recibido nosotros. El mismo pensamiento y sentimiento que
arrastró a miles de jóvenes de todo el mundo a sortear obstáculos, en
apariencia insalvables, para llegar a España a defender a la
II República de las garras del fascismo internacional.
Salvar a la República Española
significaba salvarse a ellos mismos y a la clase trabajadora de sus países de
lo que vendría después.
Tener conciencia de que el derecho a
huelga o la jornada laboral de 8 horas fueron posibles gracias a la lucha de
los trabajadores y las trabajadoras en todo el mundo; conquistas sociales que
se saldaron con represión y muerte y que quedaron como patrimonio colectivo de
la clase obrera a nivel mundial.
Acumulamos demasiadas faltas:
La
falta de conciencia democrática, la que nos hace ciudadanos y ciudadanas.
La falta de conciencia
antiimperialista, la que nos hace defensores del derecho de autodeterminación
de los pueblos.
La falta de conciencia de clase, la que
nos hace sentirnos parte de los destinos de la clase obrera a nivel mundial y
por ende, internacionalistas.
Ausencias que son el meollo de nuestra
gran tragedia, un corsé que nos impide transformar nuestra realidad más
próxima; que nos impide entender el mundo que nos rodea y tomar una posición
coherente con nuestros intereses.
El vacío que nos dejan ha sido ocupado,
para nuestra desgracia, por ideologías ajenas a dichos intereses; a saber: el
individualismo salvaje, el neocolonialismo y el eurocentrismo; estos últimos,
dadas las condiciones de putrefacción del sistema político y de crisis
económica y social extrema en que vivimos, expresiones del nivel de ignorancia y
estulticia que padecemos. ¡Así nos va!
Roete Rojo
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