jueves, 16 de octubre de 2014

LA CONSTITUYENTE EN VENEZUELA: VERDADERA DEMOCRACIA Y SEGURIDAD ENERGÉTICA


(Introducción a la conferencia que, organizada por el Seminario Otro Pensamiento Es Posible, de la Universidad de Granada, impartirá el ingeniero Mario Isea, Embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante el Reino de España. Será el próximo 28 de Octubre, a las 19:00 horas, en el Aula “La Pepa”, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UGR.

            En todos los procesos de transformación que se pretenden profundos, surge la necesidad de refundar los Estados sobre bases nuevas. En las revoluciones democráticas y antioligárquicas que se iniciaron en América Latina, a finales del siglo XX y principios del XXI, la refundación ha tenido como instrumento la convocatoria de Asambleas Constituyentes responsables de redactar nuevas Constituciones, con una participación popular amplia  y desconocida hasta entonces; aprobadas posteriormente mediante referendum.
            Venezuela fue la vanguardia. Uno de los compromisos centrales hechos ante el pueblo de Venezuela por el entonces candidato, por el Movimiento V República, Hugo Rafael Chávez Frías, fue justo la convocatoria a un proceso constituyente.
            Supo cumplir sus promesas ante el pueblo. El día que tomaba posesión de la Presidencia de la República de Venezuela, el 2 de febrero de 1998, sus palabras fueron: “Juro delante de Dios, juro delante de la Patria, juro delante de mi pueblo que sobre esta moribunda Constitución (se refiere a la de 1961, vigente en ese momento), impulsaré las transformaciones democráticas para que la República nueva tenga una Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos. Lo juro”.
            Un proceso democrático, participativo y protagónico que pasó por sucesivas fases:
            1º.- Aprobar mediante referendum la iniciativa de la Presidencia de la República; abril de 1999.
            2º.- Convocatoria para elegir los diputados y diputadas a la Asamblea Constituyente; julio de 1999.
            3º.- Apertura del debate sobre los contenidos del proyecto de nueva Carta Magna; debate que no sólo efectuaron los diputados y diputadas, sino que estuvo abierto al conjunto del pueblo y de las organizaciones sociales y políticas de todo tipo.
            4º.- Aprobación del proyecto por la Asamblea Constituyente; 17 de noviembre de 1999.
            5º.- Aprobación  mediante Referendum, el 15 de diciembre de 1999; con un 80% de votos a favor del texto propuesto.
            Nunca un proyecto constitucional había suscitado tamaña movilización y penetración en las conciencias y el ideario colectivo de un pueblo. Todas y todos hemos visto, y vivido en muchos casos de forma directa, el amor del pueblo bolivariano de Venezuela, a ese “librito azul”, que habían estudiado, discutido y que llevaban con orgullo, y a diario, en sus bolsillos o morrales porque sabían que era un instrumento para defender sus derechos y conquistas adquiridas o por adquirir.
            Atendiendo al título de la conferencia que impartirá el doctor Mario Isea, Embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante el Reino de España, la Constitución Bolivariana consagra en su Artículo 1º que, “La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional, en la doctrina de Simón Bolívar, El Libertador.
            Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional”.
            La Constitución de 1999 no se convirtió en un texto muerto, como ha sido frecuente en tantas ocasiones y países. Al calor de las grandes movilizaciones que se producen en el país, y en cumplimiento de las promesas realizadas por Hugo Chávez, en 2001, el Presidente de la República, tras aprobación de la Asamblea Nacional, impulsa un paquete de 49 Leyes Habilitantes, entre ellas la Ley de Hidrocarburos, la Ley de Tierra y la Ley de Pesca, que desatan una fuerte confrontación con los EE.UU., y la oligarquía criolla. La lucha de clases se agudiza y los poderes fácticos de la IV República inician un camino de desestabilización y golpismo, que culmina en el Golpe de Estado del 11 de abril de 2002 y en el paro petrolero de finales de 2002 y principios de 2003.
            Para una economía como la venezolana, caracterizada por el monocultivo petrolero y la importación de productos de todo tipo, ya que el modelo petrolero ha abandonado hace décadas la producción nacional de materiales e insumos, la Ley de Hidrocarburos suponía rescatar la principal fuente de ingreso nacional; ingresos que podrán ser revertidos en pagar la gran deuda social contraída por los gobiernos de la IV Repúbica y ser la base posterior de un modelo de desarrollo endógeno, que libere las fuerzas productivas del país, garantizando así la independencia y soberanía.
            El resto de la historia es ya conocida por todas y todos.
            Aquella Constituyente, que removió los cimientos de la sociedad venezolana, por último, acaba de ganar hace pocos días otra batalla: el Centro Internacional de Arreglos de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), fallaba contra la multinacional Exxon Mobil, en sus demandas contra la República Bolivariana de Venezuela. Exxon Mobil solicitaba una indemnización de 20.000 millones de dólares por la nacionalización de la Franja Petrolífera del Orinoco y la extinción de los convenios de asociación firmados por la venezolana PDVSA durante la apertura petrolera instaurada en los años noventa. Fueron siete años de “terrorismo judicial” ejercido por esta empresa contra la venezolana PDVSA, el Gobierno, las instituciones y el pueblo del país.
            El día en que se hizo público el fallo, recordaba aquellos meses previos y posteriores al sabotaje petrolero: la gente caminaba por las calles de Caracas con una chapa prendida en el pecho y que rezaba: “Soy accionista de PDVSA y NO VENDO!
            De estos temas, y otros, nos hablará en profundidad, el doctor Mario Isea, Embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante el Reino de España,
            Granada, octubre de 2014
            Roete Rojo

            

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