Artículo publicado por El Otro País de Este Mundo
¡Qué desconocido es el impulso dado a las mujeres por el Presidente Hugo Chávez, en su lucha por la igualdad de género y el protagonismo que les corresponde! Desconocimiento inducido, claro, por los medios de comunicación.
Siempre sonrío al recordar la cara de las feministas europeas que asistían, en Caracas, a las conferencias de la Federación Democrática Internacional de las Mujeres, al contemplar los gritos, consignas, cantos, bailes, llantos y risas que las venezolanas dirigían al Presidente Chávez. ¿Estupor?, ¿sorpresa? De todo un poco.
Mas la realidad es simple: si alguien en la historia contemporánea de Venezuela defendió los derechos sociales, económicos, políticos y de género del sector más explotado y marginado de la sociedad, las mujeres, ese fue el Presidente Chávez. De aquí el gran tsunami de amor y de lealtad arrolladora que las mujeres expresaban en cualquier actividad pública: “Amor con amor se paga”.
Deuda Social y Mujeres
En la situación social que vivía Venezuela a finales de los años 80 encontramos cifras como:
- 43% de desnutrición crítica.
- Millón y medio de niños en la calle.
- Entre un 60/80% de pobreza.
Analfabetismo, ausencia de servicios públicos (educación, sanidad, pensiones, vivienda), millones de “sin papeles”, es decir, sin derechos, violencia estatal y corrupción generalizada, etc.
Como en cualquier país: todas estas lacras afectaban de manera superior a las mujeres y a su entorno familiar.
Hay que “ponerle cara” al hecho de que el 60% de los hogares estaban, en gran medida siguen estando, “regidos por jefas de hogar”, o sea, por mujeres solas. Según las profesoras Carmen Teresa García y Magdalena Valdivieso: “El primer asunto a discutir, es la pertinencia de hablar de situación de las mujeres como si constituyeran un universo homogéneo, cuando en realidad existen muchas formas de vivir la experiencia de “ser mujer” en la sociedad venezolana…”
Antes de la Revolución Bolivariana, las mujeres en Venezuela ya estaban “empoderadas”, puesto que ocupaban un lugar determinante en el mantenimiento de la sociedad. Cosa distinta es que su papel fuera visible y reconocido.
El reconocimiento de su dignidad y su ascenso como sujetos sociales y políticos, vendrá de la mano del proceso revolucionario.
¿Cómo caracterizar a un gobierno?
Entre otros aspectos propongo su actitud hacia las mujeres, los niños y las niñas, y hacia las adultas y los adultos mayores.
Desde este punto de vista, el gobierno, y sobre todo el Ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela, merecen el calificativo de Revolucionarios. Desde su inicio, el Gobierno tuvo claro que sin la participación de las mujeres sería imposible el proceso de transformación; y que sin poner a la mujer en el centro de las políticas públicas, la Revolución sólo sería un esperpento. El Presidente Chávez hizo de estas dos premisas una auténtica cruzada.
La erradicación de la pobreza y de la pobreza extrema, tratándose de avances universales para el conjunto de la población, han tenido impacto superior sobre las mujeres, al ser la mayoría de la población beneficiada; recordemos que sobre sus espaldas recaen el cuidado de niños y niñas, adolescentes y adultas y adultos mayores.
Misiones como “Robinson”, “Rivas” , “Sucre”, “Barrio Adentro”, “Sonrisa”, “Negra Hipólita”, “Gregorio Hernández”, “Gran Vivienda Venezuela”, etc., las ha beneficiado de modo especial, abriéndoles un horizonte de liberación individual y colectivo.
Además de las Misiones específicas como “Madres del Barrio” (que viene atendiendo a más de 100.000 mujeres); o “Misión Hijos e Hijas de Venezuela”, dirigidas a mujeres con mayor vulnerabilidad.
El 8 de marzo de 2012 se hacía público el Índice de Desigualdad en Venezuela: 0.44. El llamado “Índice Gini” mide de 0 a 1. Cuanto más te aproximas al 0, mayor es la igualdad. Venezuela ocupa uno de los primeros lugares de América Latina.
Ha cumplido gran parte de las Metas del Milenio 2015. En cuanto al acceso a la educación primaria, la igualdad de géneros es total; en educación superior (grado y postgrado), las mujeres superan a los hombres.
El empoderamiento sin comillas
Las mujeres participaron, a través de sus organizaciones, en la Asamblea Constituyente y en los contenidos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (aprobada mediante referendum en diciembre de 1999). Dicha Constitución se redactó y aprobó en lenguaje no sexista, una novedad mundial que no resultó fácil conquistar. En el artículo 88 se consagra: “El Estado reconocerá el trabajo del hogar como actividad económica que crea valor agregado y produce riqueza y bienestar social. Las amas de casa tienen derecho a la seguridad social de conformidad con la ley”… una reivindicación histórica de las mujeres en todo el mundo.
Pese a las presiones para disolver el Consejo Nacional de la Mujer (CONAMU), el Presidente Chávez insistió en su mantenimiento, aceptando la propuesta de las organizaciones de mujeres, para que María León, dirigente comunista, presidiera esta institución, que pronto se convertiría en el actual Instituto Nacional de la Mujer (INAMUJER), que ha participado activamente en la promulgación de leyes específicas como la Ley Orgánica para la Equidad e Igualdad de Género; Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia o la Ley para la Protección de las Familias, la Maternidad y la Paternidad y otras.
El INAMUJER, es el garante de que en todas las leyes, iniciativas y políticas públicas esté presente la transversalidad de género. De aquí que, por ejemplo, en la Ley de Tierras y otras, las mujeres hayan adquirido prioridad, dada su responsabilidad en el mantenimiento de la familia y la producción en general. También se creó el Banco de Desarrollo de la Mujer, BANMUJER, cuya presidenta es Nora Castañeda, veterana militante revolucionaria; hasta hoy se han concedido más de 145.000 microcréditos a mujeres en situación de pobreza.
El 8 de marzo de 2009, el Presidente Hugo Chávez, crea el Ministerio del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género.
Reconstruyendo identidades
El trabajo realizado desde la Presidencia de la República, con el apoyo del movimiento de mujeres, para rescatarlas del silencio histórico de siglos, ha sido ejemplar, calando en el conjunto de la ciudadanía. Para combatir la desigualdad de género se ha recuperado del verbo ser, referido a las mujeres, el “fuimos”. Y si fuimos, somos y seremos.
Una nueva Historia escrita con visión de género. Manuela Sáenz llegó a la Pinacoteca Nacional con sus “Cartas de Amor”; siendo sus restos simbólicamente repatriados y llevados al Panteón Nacional; reconstruyendo un ideario que cobra valor y sirve como motor de movilización y conciencia social de género. Muchas Misiones llevan el nombre de Mujeres, núcleos de desarrollo endógeno, etc.
Democracia Participativa y Protagónica: ahí está la clave
Como han explicado Carmen Teresa García y Magdalena Valdivieso: “Consideramos hacer precisiones cuando se habla de participación política de las mujeres… identificada con el “espacio” político institucionalizado… en cambio, el concepto “actividad política de las mujeres”… incorpora las distintas acciones que las mujeres emprenden por sus intereses, en diversos espacios sociales. Como dice Lola Luna… la acción política que se hace “desde abajo” e “informalmente” muestra una cara ignorada hasta ahora y amplía el significado de la política, rehaciendo y repensando lo político desde el género”.
El ascenso de las mujeres venezolanas al “espacio” político ha sido impresionante, llegando a presidir todos los poderes del Estado. Ha aumentado su presencia numérica en los cargos de elección, etc. Sin embargo, lo que más llama la atención es su protagonismo en la “actividad política”, ya que las mujeres de las clases populares fueron las primeras en intuir que el proceso bolivariano les daría la oportunidad de crecer como personas y transformar la sociedad.
Ellas fueron las primeras en bajar de los cerros, movilizando a sus barrios, para denunciar el golpe de estado de 2002, enfrentarse al fascismo, exigiendo la vuelta del Presidente Chávez.
En el esquema de democracia participativa y protagónica, ellas son mayoría en el desarrollo de las Misiones; son mayoría y protagonistas en los Comités de Tierras Urbanas, Comités de Aguas, Comités de Salud, Comedores Populares, Consejos Comunales, etc. Son mayoría en las movilizaciones, mostrando una alegría y compromiso que revitaliza al conjunto de la sociedad, cumpliendo un papel determinante en la concienciación de niños, niñas y adolescentes.
Ningún analista riguroso puede negar el papel protagónico alcanzado por la mujer venezolana; sólo falta que se dediquen estudios para analizarlo y cuantificarlo.
Por último, quisiera expresar que de todas las mujeres venezolanas he aprendido; con todas ellas he compartido sueños de liberación y justicia social. Las he conocido de orígenes sociales distintos; historias diferentes que un día se unieron como aspiraciones y reivindicaciones en el proceso bolivariano.
El Presidente Hugo Chávez siempre nos acompañó en nuestros sueños de igualdad y justicia social. ¡Son tantas las cosas que quedan por hacer! Por eso, tras el dolor, se impone de nuevo el amor. Descanse en paz el Presidente con corazón de mujer. Nosotras seguiremos luchando.
Roete Rojo
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