Otro golpe de Estado
anunciado ha hecho acto de presencia en la República Bolivariana de
Venezuela.
En el marco de los actos
de conmemoración del 200 Aniversario de la Batalla de La Victoria,
ocurrida el 12 de febrero de 1814, cuando el militar patriota, José
Félix Ribas y 200 jóvenes seminaristas y estudiantes de la
Universidad de Caracas, derrotaron a las tropas realistas en el
estratégico punto de La Victoria (Estado Aragua), la oligarquía
venezolana, dirigida desde los Estados Unidos de Norteamérica, ha
intentado “recrear” el golpe de Estado fallido, en 2002. Casi
repitiendo el guión de hace 12 años.
Una lectura simplista
podría preguntarse cómo después de la derrota en las elecciones
municipales, celebradas el 8 de diciembre de 2013, la oposición
fascista venezolana sigue actuando fuera de la ley, del marco
constitucional, sin asumir dicha derrota y sin aceptar formas de
lucha política civilizada.
Es
una lección de la Historia, no existen
excepciones: cuando están en juego los
intereses de clase, como ocurre en la
República Bolivariana de Venezuela, las
reglas de juego consolidadas, para épocas o
coyunturas en las que la clase explotadora puede ejercer su hegemonía
y poder de modo aplastante, dejan de existir.
El fuerte impacto
emocional y político que supuso la muerte del Presidente Hugo Chávez
sobre las clases populares fue aprovechado por la oligarquía para
acrecentar la guerra económica e ideológica contra el pueblo. Al
tomar posesión el Presidente Nicolás Maduro Moros, tras su victoria
electoral el 14 de abril pasado, los sectores fascistas pensaron, con
cabeza ajena, que el momento había llegado. El acaparamiento de
productos de la canasta básica, también de gama media y alta, la
subida de la inflación, el descontrolado contrabando de petróleo,
alimentos y otros productos hacia Colombia, la fuga de divisas, etc.,
calentaban el ambiente; en medio del consabido problema de la
seguridad, que no puede ser entendido sin los anteriores.
Muchos se preguntaban si
el nuevo Gobierno, nacido en tan especiales circunstancias y atacado
desde tantos flancos, estaría a la altura de las circunstancias. La
respuesta no tardó en llegar: el nuevo Gobierno, con su Presidente a
la cabeza, sí estaba dispuesto a dar la
batalla.
Se
abordó el tema del acaparamiento y del encarecimiento desorbitado de
los precios. En unidad con las comunidades organizadas, lo que se
llama Poder Popular, se hicieron cientos de inspecciones que
conllevaron cierres cautelares de establecimientos, apertura de
expedientes a muchos especuladores, multas, huída de empresarios
especuladores, etc. Esto ocurría semanas antes de las elecciones
municipales.
El martes, 19 de
noviembre de 2013, la Asamblea Nacional aprobaba La Ley
Habilitante, solicitada por el Presidente de
la República; la cual, en palabras de Nicolás Maduro, “promete
reforzar la ofensiva para ir contra la Guerra Económica que se ha
orquestado en el país para robar al pueblo”. En rueda de prensa
informaba que “a partir de enero de 2014 iniciará con el mismo
equipo de Gobierno un nuevo orden económico que permita apoyar al
pueblo…Con la Ley Habilitante voy a dejar los precios donde tienen
que estar…”
El primer gran desarrollo
de la Ley Habilitante ha sido la aprobación de la “Ley
para el Control de los Costos, Precios, Ganancias y Protección de la
familia venezolana”, el día 23 de enero de
2014. Dicha Ley tiene como objetivo, “equilibrar la economía
nacional y sembrar las bases del Nuevo Orden Económico planteado por
el Ejecutivo, para que el país de el salto hacia la
industrialización, con base en precios y ganancias justas…un arma
para hacer frente a la guerra económica que causó en 2013 una ola
especulativa, cuando empresarios y comerciantes vendieron productos
esenciales hasta 2000% por encima de su valor real”, en palabras
del Presidente Maduro.
Para acabar con la
“captura” fraudulenta de divisas y asestar un golpe al mercado
negro especulativo, fue creado el Centro
Nacional de Comercio Exterior, disolviendo el
Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y
Servicios (INDEPAVIS) y absorbiendo a la Comisión de Administración
de Divisas (CADIVI), de funesto recuerdo; este Centro Nacional, que
aglutina a otras instituciones relacionadas con el comercio exterior,
en palabras del Presidente, “supone una nueva etapa. Es el nuevo
orden económico…nuevos mecanismos que permitan saltar la etapa
aprovechada por los enemigos de la patria…No podemos seguir con el
sistema del cadivismo. Tenemos que tomar decisiones radicales para un
control real de la renta petrolera completa para la inversión de la
economía y la sociedad”.
Otro problema candente al
que “se mete mano” es el del contrabando en la frontera con
Colombia. Los recursos de todo tipo que por esa extensísima y
conflictiva frontera salen del país ascienden a cantidades
soberbias. Salen recursos robados al pueblo de Venezuela
(“bachaqueo”) y entra dinero negro, drogas, armas y
paramilitares. En los Estados fronterizos como Zulia y Táchira
(también en otros próximos geográficamente), estas mafias, aupadas
en gobiernos corruptos, acumularon un fuerte poder, no sólo
económico sino también político y criminal.
Siempre he pensado que
uno de los grandes obstáculos que la Revolución Bolivariana tiene
que sortear, un obstáculo insoslayable, son sus cerca de 2000
kilómetros de frontera con Colombia; frontera cuyo poder “fáctico”
es histórico y sigue pesando desde los tiempos de la confrontación
de proyectos entre los generales Bolívar y Santander.
En 2012, ambos Estados
(Zulia y Táchira) pasaron tras las elecciones a manos de
Gobernadores del PSUV. Cuando las nuevas autoridades, siguiendo los
lineamientos del Gobierno central, anunciaron y comenzaron a actuar
frente a ese comercio ilícito y bilateral, se pudieron observar los
primeros pasos del golpe de Estado fallido que culminaría este 12 de
febrero de 2014. Pocos días antes, el Gobierno de la República
Bolivariana de Venezuela anunciaba los acuerdos firmados con su
homólogo colombiano, mediante los cuales se prohíbe el envío
mediante paquetería de insumos, medicamentos, alimentos, etc.; así
como la prohibición del envío de dinero en divisas; desde ahora
quienes, desde Venezuela, quieran enviar dinero a Colombia deberán
hacerlo en pesos colombianos.
El
Plan de la Patria
Como
se puede observar, soluciones estratégicas a problemas que también
lo son. El 4 de diciembre de 2013, tras el período de debates, la
Asamblea Nacional aprobaba el “Plan de la
Patria. Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de
la Nación, 2013-2019”, presentado y
defendido por Nicolás Maduro; propuesta política del Presidente
Chávez, en su última campaña electoral. Entre sus objetivos este
Plan, que ya es Ley del Estado, contempla como grandes objetivos
históricos, entre otros: “Defender, expandir y consolidar el bien
más preciado que hemos reconquistado después de 200 años: la
Independencia Nacional; continuar construyendo el socialismo
bolivariano del siglo XXI, en Venezuela, como alternativa al sistema
destructivo y salvaje del capitalismo…”
El
escenario del fascismo
Bandas
armadas, francotiradores, estudiantes fanatizados, dirigentes de
extrema derecha haciendo llamados públicos a la rebelión hasta que
no se tumbe al Gobierno democráticamente elegido. Intento de asalto
a las instituciones del Estado, como fue el caso del Ministerio
Público; intento de asalto a las instalaciones de Venezolana de
Televisión; fueron jackeadas páginas web y Twitter; se anunciaron
muertes antes de que se produjeran…
La
legítima respuesta del Gobierno no se ha hecho esperar: detenciones,
órdenes de búsqueda y captura. El Presidente Maduro anunciaba, el
sábado 15 de febrero durante la “Marcha Por
la Paz y por la Vida”, movilización
multitudinaria de la juventud revolucionaria ,“Que al fascismo le
quede claro que no habrá debilidades”.
De
todos los acontecimientos ocurridos durante esos tensos días me
quedo con el intento de los fascistas de cerrar las Universidades
para generar alarma e inestabilidad y para contar con un grupo de
jóvenes burguesitos descerebrados en las calles ejerciendo de “carne
de cañón”. Igual que sucedió en la Universidad de Granada
durante la II República. Mi padre, un adolescente militante de la
FUE, nos contaba las imágenes de aquellos días: estudiantes de
distintas ideologías enfrentados en las calles mientras que los
curas con sus sotanas ejercían de francotiradores desde los tejados
de la Catedral y del periódico Ideal,
creado para combatir al legítimo gobierno republicano.
En la
Junta de Gobierno de la Universidad de Granada el debate se saldó,
en última instancia, con el fusilamiento de todos los catedráticos
que votaron en contra del cierre y que pudieron ser capturados al
inicio del golpe militar de Franco. Después vinieron más de un
millón de muertos, la destrucción, el hambre y cerca de 40 años de
dictadura fascista que “superamos” en falso mediante un “Pacto
de Punto Fijo”… a la mediterránea.
¡En
Venezuela, No Pasarán!
15 de
febrero de 2014
Roete
Rojo
ASI ES QUERIDA AMIGA. NO PASARAN
ResponderEliminarANA MARIA
SN ANT ALT
SALUDOS
¡Saludos desde Venezuela!
ResponderEliminar¡Qué complicada la Revolución, hermanos y compatriotas! Por aquí, los militantes antifascistas combatiendo a la "bestia". Un abrazo, Roete Rojo
ResponderEliminar