viernes, 30 de octubre de 2015

UNIVERSIDAD Y REPÚBLICA EN GRANADA


          Está a punto de salir a la venta el Calendario Republicano 2016 que elabora desde hace algunos años la Asociación Plataforma Cívica por la República (Granada).
          En esta ocasión le hemos dado el título de “Universidad y República”, para resaltar la importancia que la institución universitaria tuvo durante el período histórico de la II República Española.
          Con el objetivo de compartir con los lectores y lectoras que siguen el blogs “roete rojo”, iré publicando los personajes y acontecimientos históricos que hemos destacado.
          El Calendario Republicano 2016 está compuesto, además, de cientos de efemérides que van llenando de información y memoria histórica los 365 días del año; y de multitud de fotografías que dan emotividad y realismo a los personajes y acontecimientos.
          El Calendario Republicano 2016 ha sido posible gracias al trabajo de todos los miembros de la Asociación “Plataforma Cívica por la República” de Granada y al esfuerzo desinteresado del ciudadano Javier Pérez.

                                           I

Para entender la importancia que la Universidad de Granada tuvo durante la II República Española es necesario mostrar algunos datos sobre la situación de la ciudad y provincia.
En 1930 la ciudad de Granada tiene 118.179 habitantes y la provincia en su conjunto 643.705. El 45.51% de sus  habitantes se dedica al trabajo en el campo, el 25.51% a la industria y el 27.98% a los servicios; el 56% de la población es analfabeta. Granada es una ciudad pequeña, atrasada y “beata”, con gran presencia de las instituciones del Antiguo Régimen: Capitanía General, Arzobispado, Audiencia.  Los Servicios y sus funcionarios marcan el tono de esta ciudad administrativa. La clase obrera es débil en este marco de subdesarrollo. El movimiento obrero es de tendencia anarquista (CNT) en la ciudad y socialista en el campo (UGT).
La Universidad cuenta con 2730 alumnos, siendo el único elemento que da vitalismo a la ciudad. A sus aulas llegan profesores procedentes de otras ciudades españolas, jóvenes catedráticos con un nuevo pensamiento, excelentes profesionales ilusionados por cambiar el estado de cosas asentado durante siglos. La Universidad vive su “edad de oro”, en el 400 aniversario de su fundación.
En 1928 se producen grandes movilizaciones estudiantiles contra el Plan Callejo que pretende privatizar la Universidad. Algunos catedráticos son desterrados por su participación.
En 1930 se crea la FUE; durante este año y el siguiente se producen muchos conflictos y huelgas en la Universidad.
La proclamación de la IIª República Española, el 14 de abril de 1931, supone una gran esperanza de transformación política y social. La Universidad, junto a otros sectores, se suma al proceso de modernización y democratización. El número de profesores implicados en las elecciones municipales del 12 de abril o en las elecciones a Cortes Constituyentes es expresión de este compromiso entre intelectuales y pueblo.
Al triunfar, en la ciudad de Granada, el Golpe de Estado del 18 de julio de 1936, tras ser aplastada la resistencia en el Albayzín, la Universidad se convierte en una de las dianas de la represión fascista. De 45 catedráticos, 5 fueron fusilados, incluyendo el joven Rector, Salvador Vila Hernández, más el director de la Normal de Magisterio. Otros pudieron exilarse y otros muchos fueron “depurados”. En 1939, al acabar la guerra, la Universidad de Granada contaría con sólo 19 catedráticos: “el atroz desmoche”, título del libro de Jaume Claret Miranda.
Con este Calendario Republicano 2016 queremos rendirles un merecido y sentido homenaje.
Asociación Plataforma Cívica por la República (Granada) 

                                   II

       LA SALIDA A LA CRISIS: SERÁ REPÚBLICA O NO SERÁ
En el 80 Aniversario del Triunfo del Frente Popular


            El 14 de abril, fecha de proclamación de la II República Española, fue el día de júbilo y alegría popular más importante en la Historia Contemporánea de nuestro país.
            El pueblo se echó a la calle con la certeza de que sólo con la República podrían superarse el atraso, la violencia y la injusticia social que el Régimen Monárquico había impuesto durante siglos. El nuevo período que se abría fue el primer gran impulso reformador y modernizador, capaz de movilizar a las fuerzas productivas manuales e intelectuales en el objetivo común de un futuro más democrático y justo.
            La II República abordó temas estratégicos como la separación Iglesia Estado, la Reforma Agraria, la ampliación de los derechos civiles, la universalización de la educación pública y gratuita, los derechos laborales de los trabajadores y las trabajadoras; el desarrollo de la investigación y la ciencia, la democratización y extensión de la cultura para el pueblo, la formulación constitucional de paz frente al militarismo del Antiguo Régimen monárquico-colonial  y el reconocimiento del derecho de autodeterminación de los pueblos.
            Su corta historia evidenció la existencia de distintos proyectos estratégicos de clase que la hicieron más convulsa y contradictoria.
            Fueron esas contradicciones las que hicieron imprescindible la creación del Frente Popular en 1936: la primera gran alianza de fuerzas de izquierdas, políticas y sindicales, para hacer frente a la reacción de la oligarquía financiero terrateniente, a la Iglesia y al sector africanista del Ejército.
            La enseñanza del Frente Popular fue contundente: no habrá ningún intento de transformación real sin que ésta provoque la reacción inmediata de la oposición de clase y ésta sólo podrá ser enfrentada con la unidad y organización de las fuerzas populares.
            Fue la reacción interna, apoyada por las “democracias occidentales” y el fascismo en desarrollo, quien provocó la llamada “guerra civil”, primera fase de la II Guerra Mundial. La derrota militar de la II República Española se saldaba con una cifra aproximada de 1 millón de muertes y con el inicio de una dictadura fascista que duró casi 40 años; alejando, a sangre y fuego, los legítimos anhelos de cambios radicales que los pueblos de España reclamaban.
            La crisis económica y social que padecemos en la actualidad evidencia los límites del poder surgido de la “Transición Política” española, es decir, de la Restauración Borbónica. Crisis y descomposición política son las dos caras de la misma moneda.
            La Monarquía Borbónica y la alianza de clases que representa tienen en común su carácter clasista, retrógrado, oligárquico, antinacional y antidemocrático.
            Para buscar una salida a la crisis capitalista y a la descomposición de sus aparatos de Estado, debemos superar el sistema político que pretende que volvamos a una suerte de feudalismo del siglo XXI; luchando por la ampliación de la democracia, entendida como ampliación de los derechos civiles, sociales, económicos, culturales y nacionales, con justicia fiscal y social; una democracia efectiva basada en la participación y el protagonismo del pueblo; una democracia que rompa vínculos con los poderes internacionales que socavan cualquier expresión de soberanía nacional y popular (OTAN, UNIÓN EUROPEA, Euro o el Tratado de Libre Comercio entre la UE y los EE.UU).
            Ese nuevo marco no puede tener otra definición que República. Por eso decimos que la salida a la crisis será República o no será.
            Ha llegado el momento de reclamar y luchar por un Proceso Constituyente, democrático y participativo.
            La naturaleza de nuestra III República dependerá de la capacidad de organización y lucha que seamos capaces de desarrollar.
           
            ¡Abajo la Monarquía Borbónica!
            ¡Unámonos por la III República: la de los trabajadores y los pueblos!


ENERO: JESÚS YOLDI BEREAU
           
D. Jesús Yoldi Bereau, nacido en 1894 en un pueblecito del valle del Baztán (Navarra) llamado Arizkun, era en 1931 un destacado militante del Partido Republicano Autónomo de Granada (PRAG). El PRAG agrupaba a intelectuales republicanos en su mayoría profesores de la Universidad de Granada. Como miembro del PRAG resultó elegido concejal del Ayuntamiento de Granada en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931. Se presentó como candidato en la segunda circunscripción, Catedral, y dentro del distrito quinto, Universidad.
            Unos años antes, en 1924, había obtenido la cátedra de Química General de la Facultad de Ciencias de Granada.
            El 27 de abril de 1932 fue nombrado Alcalde de Granada. Durante su mandato llevó a cabo estas medidas: bajar el precio de la harina (aunque no logró que bajara el precio del pan por la enorme resistencia que opusieron los panaderos industriales) o inaugurar una placa en homenaje al rey Alhamar junto a la puerta de las Granadas en la Alhambra (todavía se encuentra en ese lugar) en presencia del Jalifa Muley Hassan y del poeta Francisco Villaespesa. Impulsó una línea de autobuses entre Málaga y Sierra Nevada. Nombró a los representantes de Granada en la Asamblea de Córdoba, que iba a discutir el Estatuto de Autonomía de Andalucía y defendió de forma decidida la legalidad de la República ante la sublevación del General Sanjurjo el 10 de agosto de 1932 y retiró la subvención municipal a Ideal. Dimitió del cargo de Alcalde el viernes 23 de septiembre de 1932.
            El profesor Yoldi fue uno de los ocho claustrales que en la sesión de Claustro de 7 de abril de 1936 votó la moción de censura contra el Rector, Antonio Marín Ocete.
            En julio de 1936 fue detenido por los golpistas en Capileira, el pueblo natal de su esposa. Fue obligado, junto a Joaquín García Labella, catedrático de Derecho Político, a enterrar en el barranco de Víznar a los que habían sido sus amigos y compañeros.
            El 23 de octubre de 1936 fue fusilado contra las tapias del cementerio granadino. Sus restos descansan en el cementerio de Capileira.

Datos obtenidos de Un Siglo de Estudios de Química en Granada (1913-2013).Capítulo 8, Jesús Yoldi Bereau, el químico olvidado. Pedro Luis Mateo Alarcón, Miguel Gómez Oliver, Lidia Mateo Leivas y Roque Hidalgo Álvarez-
                                  

FEBRERO: TRIUNFA EL FRENTE POPULAR

          Tras el bienio negro se acumulan los problemas económicos (además del paro la deflación), políticos (inestabilidad del gobierno, corrupción); a los que se suma el gran impacto que la represión de la Revolución de Asturias y en general la represión contra las sublevaciones campesinas y obreras de 1934 ocasionaron; las cárceles españolas están llenas de hombres y mujeres; otros miles han huido. En las cárceles el debate sobre el futuro de la República está a la orden del día.
          En enero de 1936 se constituye el Frente Popular, un pacto electoral al que se suman Izquierdo Republicana, PSOE, PCE, POUM, Partido Sindicalista, Izquierda Republicana de Cataluña y otros.  La CNT se compromete a no pedir la abstención, con lo cual su apoyo es tácito.
          Aunque el programa pactado es un programa de mínimos: Amnistía para los presos políticos del 34; reestablecimiento del Estatuto Catalán y tramitación de los Estatutos de Galicia y del País Vasco; alejamiento de los militares golpistas y reanudación de la Reforma Agraria, como ejes fundamentales, la coyuntura había cambiado. Ahora una alianza entre los sectores de la clase obrera protagoniza el proceso; lo que va a provocar una reacción inmediata de los poderes oligárquicos y sus instituciones que no dejaron de conspirar desde el primer día.
          En Granada las elecciones son anuladas por cometerse fraude electoral por parte de los caciques; se repiten en el mes de mayo y el Frente Popular obtiene los 13 escaños. Pierde su escaño Ramón Ruiz Alonso, propuesto por la CEDA. Este personaje estaría directamente implicado en el posterior asesinato de Federido García Lorca.